Los dos eran mis amigos, ya yo los conocí juntos pero tengo más afinidad con ella, con lo que nuestro lazo es más estrecho. Durante todos estos años las peleas no han cesado, tanto entre ellos como con los demás.
Te dejan en vergüenza en cualquier sitio, le plantan la mosca a los camareros hasta por ponerle un café con leche más claro “del tono de su piel”, porque lo había pedido de ese color; por ponerle una servilleta debajo de un bocadillo porque se le pega el queso; por ponerle a los demás de la mesa una ración mayor que a ellos… Y él, más en concreto, se enfada con todo el mundo cuando no comparten su opinión sobre política, además, es prejuicioso, pierde muy rápido los nervios y se encara con la gente, con intención de amedrentarles (nunca ha llegado a las manos), insulta y falta el respeto (a desconocidos, a amigos de amigos, a amigos…).
Ah, y encima no mantiene un trabajo. Aunque suene todo horrible, cuando está “de buenas”, no es mal tipo. Ella lo quiere y admite todas estas cosas (ella tampoco es una santa, como ya escribí arriba, también es de armas tomar y te mete en cada fregado…), y a mí me da pena, porque está prácticamente sola en la vida, me he convertido en un pilar importante. El caso es que este chico ya ha tenido varios encontronazos conmigo, por diversos motivos (estúpidos, porque no se puede estar calladito), como escribirme por el grupo de Whatsapp de los amigos “que la que sobro soy yo”, “que a mí qué me importa dónde van, si yo no tengo pensado acudir a la quedada”, etc. Su modus operandi es dejar que pasen unos días y luego hacer como si no pasara nada, pero ya me harté. Para mí, se acabó la relación con él.
No le pedí a ella que opinara, ni que se posicionara, ni hablábamos del tema, cosa que ella me dijo que tampoco haría. Hasta que me largó…”pues yo leí el mensaje y tampoco era para tanto” . Días posteriores al suceso que fue la gota que colmó el vaso, fue mi cumpleaños y organicé una cena, me preguntó si él estaba invitado (obvio que no) y, como es lógico, ella eligió no venir. Y ahí decidí que también había terminado con ella, se acabaron los mensajes y el preocuparme. Dicho sea de paso, me ve por la calle y no me saluda.
¿Fui una exagerada? ¿Estoy sacando las cosas de quicio?