COMO SER ACTRIZ Y BAILARINA CON UN GRAN CULO. (Capítulo 1)
Seguro que no es la profesión que mi madre y mi padre deseaban para mí. Nunca les he preguntado que pensaban cuando se dieron cuenta de mi vocación y ellos tampoco hicieron referencia, únicamente me animaron y hoy en día mi familia son mi gran apoyo y mis mayores fans.

Me gustaría empezar esta serie de historias partiendo desde el final.
¡Me encanta mi culo! Es ahora, con 41 años, que empiezo a ver mi cuerpo como algo maravillo, que me diferencia de las otras actrices, que me hace única y lo descubro como una bella herramienta de trabajo y de vida. Desde hace muchos años vivo de mi profesión de actriz y mi trabajo como bailarina es muy reconocido dentro del estilo al que me dedico.
Aun así siempre he tenido mucho miedo que al subirme a un escenario el público viera que soy gorda y dejara de gustar lo que hago.
Ahora confío plenamente en mí y en mi trabajo y lo que piensan los demás sólo me sirve para aprender y crecer.

El primer capítulo de esta historia comienza cuando era muy pequeña, mis padres no se pueden creer que tenga un recuerdo tan claro de ese día, pero sí, me acuerdo perfectamente. Estábamos en el pueblo de mis padres, en el bar donde siempre íbamos a comernos una copa de helado de esas con bengalas y barquillo.
Ese día prometía diferente, había un carro de comedia a medio construir en la plaza, de los antiguos, de madera y telas de terciopelos. Poco a poco lo terminaban de montar, anochecía y se llenaba la plaza de público entre ellas personas vestidas de manera diferente, más tarde descubrí que eran las actrices y actores.
Empezó el espectáculo, me recuerdo inmóvil frente a lo que estaba viendo, estaba hipnotizada con las voces, las luces, el sonido, me sentía eufórica. Ese día ocurrió algo dentro de mi que condicionó el rumbo de mi vida.
Mamá, ¡Quiero ser artista!