No os voy a decir que no tuviera ya sospechas, porque aunque al principio se cuidaba muy mucho de comentar cosas fuera de lugar, de vez en cuando asomaba la patita. Pero cuando hacía algún comentario extraño que rozaba el machirulismo, yo pensaba que bueno, nadie nace aprendido.
El caso es que si para algo sirve el 8M es para hablar de feminismo, de mujeres, de derechos y sacar a la palestra un montón de temas que parece que el resto del año están olvidados. Esta mañana en el desayuno (me quedé en su casa a dormir, llevamos unos meses juntos pero la cosa empezaba a ir en serio) le he dicho que voy a ir a la manifestación y me ha mirado raro. Le he preguntado qué le pasa y me ha dicho que ya sabía que yo apoyaba esas movidas, pero no hasta el punto de ‘ser una feminazi de esas con pancarta’.
Nos hemos enzarzado en una disputa surrealista y por primera vez ha dicho lo que verdaderamente piensa sobre el feminismo. Como os imaginaréis no tiene ni puta idea, oye campanas y no sabe donde, pero no se muestra abierto a dialogar y entender. Para él las mujeres ya tenemos los mismos derechos, y me vino con el cuento de las custodias, los divorcios y las denuncias falsas.
Se me ha caído el mundo un poco encima, porque una cosa es ver ciertas cosillas rancias y otra que tu pareja te venga con este pensamiento de cromañón.
Me planteo dejarle por esto, pero qué jodido es cuando en el resto de la relación todo va genial.
que narices hago…