Hola mis preciosas sirenas y sirenos!
Os leo cada día, pero de verdad jamás pensé que iba a escribir. He reído, llorado y sentido rabia junto a vosotras. Y aunque me encantaría relataros un follodrama (que tal vez algún día me anime), vengo a contaros el ataque de gordofobia más gratuito y enorme que he sentido en mi vida.
Hace un año que estoy con un chico, Luis, es increíble en todos los aspectos. En unas semanas vamos a empezar nuestra andadura en otra comunidad y su madre nos preguntó si queríamos ir a conocer a la abuela (la abuela de Luis). Yo ENCANTADA dije que por supuesto!. Soy muy familiar y me encanta conocer a las abuelas de las familias, cuentan cosas divertidísimas. Ay! Ingenua!
El caso que hemos ido hoy para allá, botella de agua fresquita, y a hacer kilometros para conocer a la abuela.
Cuando hemos llegado, me he dado cuenta que iba en silla de ruedas y me he agachado para estar a su misma altura, darle dos besos, sonreírle y decirle que estaba encantada de conocerla. Ha dado dos besos a mi suegra, dos besos a Luis, y la siguiente frase ha sido: y tú tienes que adelgazar que estás gorda. (Mirándome a mí, claro). Acto seguido un momento de tensión y risa nerviosa entre todos, donde yo lo único que sabido decir es: ja ja, sí…sí…. Acompañado de una sonrisa con cara descompuesta.
A los pocos minutos hemos ido a un sitio a tomar algo, y mientras mi suegra pedía, nos hemos quedado Luis y yo con ella. Ha aprovechado el filón y me ha empezado a dar cera. En ese momento Luis le ha dicho: qué te parece? Señalándome hacia la cara donde el se esperaba un: muy risueña, muy bonita, muy agradable y ha recibido un: “ Está gorda, Tú ( mirando a Luis) estás muy bien, pero ella (señalándome a mí) no! Estás enorme, tienes que perder peso, porque no puedes estar así! Es que tienes que adelgazar!
Joder, que las primeras frases sean esas… se me ha puesto un nudo en el estomago acompañado de unas lágrimas estilo cómic japonés que mi chico me ha dicho: nos levantamos a que nos de el aire? Al levantarnos y llevar unos metros andados, he soltado el nudo y las lágrimas que tenía dentro y hale! “como nueva”
Cuando he vuelto me dice: “te has enfadado porque te he llamado gorda? Pues no te enfades porque te lo llamaré más veces si quiero” yo he dicho: no, no! No me he enfadado! A lo que ella ha dicho (atención), “vamos! Que te enfades porque te diga que estás gorda, vamos y vamos, que hacia morcillas y chorizos contigo yo”
Mi cara, mi alma, mi corazón y mi cerebro en ese momento se han unido para implosionar como una supernova. El dolor que he sentido creo que jamás lo había sufrido. Lo único que quería era llorar, y de verdad que he aguantado estoicamente con una sonrisa/mueca en la cara hasta que nos hemos levantado para irnos, … (COLOFÓN FINAL) yo llevaba un vestido corto y mientras me levantaba me lo estaba agachando un poco para colocármelo y ha soltado: “eso, eso… estíratelo para taparte. Y no te enfades porque te llame gorda”.
FIN.
He resumido a la máxima potencia todo, porque han sido dos horas intensas, donde ha habido muchísimas más cosas. Donde me he dado cuenta, que la abuela de Luis no era ni mucho menos una mujer mayor que no tiene cabales, la he oído durante dos horas y tiene todo muy, muy cuerdo.
Luis me ha intentado defender en algún momento, pero estaba tan en shock como yo.
Para mí ha sido una vivencia extrema, increíble.
Si has llegado hasta el final, gracias! ☺️