Hola chicas, ¿Cómo estáis llevando todos estos días?
Hoy vengo a contaros algo que me pasó hace unos meses y que a día de hoy, sigo reflexionando mucho sobre ello.
Hace unos meses, decidí quedar con un chico que había conocido por internet, llevábamos tiempo hablando y la verdad es que me hacía reír de una forma que me gustaba mucho. La cita comenzó a media tarde, entre dos cafés y una conversación sobre nuestra vida, qué habíamos hecho anteriormente, de qué trabajábanos, lo que esperábamos del futuro…Las dos horas pasaron volando, y como él había acabado de llegar a la ciudad, le propuse dar un paseo por ella, de noche es preciosa.
Recorrimos mitad ciudad andando, con conversaciones de por medio que guiaban nuestros pasos y con pequeños abrazos que hacían la noche más cálida a pesar de hacer un frío helador. Tras el paseo, me propuso cenar juntos, ¿y porqué no?, acepté. La cita estaba yendo bien, me hacía reír y era un chico simpático.
Conseguir una mesa donde decidimos cenar, fue casi imposible, mucho tiempo esperando…una vez con la cena en la mesa, comencé a sentir reacciones extrañas por su parte. Tenía prisa, comía con gran rapidez, cuando él había acabado, yo iba todavía por la mitad…y ahí es cuando muchos pensamientos vinieron a mi mente «Estará incómodo y querrá acabar la cita», «No le estarás gustando y querrá irse a casa»…así que sin que yo hubiera casi acabado de cenar, me propuso marcharnos, y sí, acepté, porque creía que la cita había terminado y era momento de irse a casa.
Al salir del restaurante había un semáforo, y mientras esperábamos para cruzar, sin esperarlo, me besó. Era un chico que hasta antes de la cena me había gustado mucho, aunque seguía sin entender porqué tanta prisa cenando…a lo que él me contestó «Me moría de ganas por besarte y el restaurante no era un buen lugar». Creo que es la peor excusa que han dado en la vida…
Tras unos cuantos besos, me propuso ir a su casa a ver una película, a lo que le dije que no me apetecía, entonces me dijo de sentarnos en un parque y acepte. Y a partir de aquí viene el nudo de la historia, sin dar permiso, motivo (no estábamos en ese plan), ni consentimiento…noté su mano en mis pechos, ese movimiento fue acompañado de un susurro en el oído «Si te molesta…paro». Y aquí es cuando me di cuenta de que la frase de «mejor pedir perdón que pedir permiso», nunca debería haber existido.
Me bloquee, un desconocido me había tocado los pechos sin consentimiento, le dije que no me había gustado, que no tenía permiso para ello y decidí marcharme del lugar. Él empezó a ponerse nervioso, estaba preocupado…pero no por mi…me dijo que tenía miedo de que…¡Le denunciara!. En ese momento ilusa de mí, pensé, «¿Denunciarle porqué?», «A ver, me ha tocado las t*tas, no es para tanto»…Después de decirme que por favor no le denunciara me largue, al llegar a casa…no podía dejar de llorar, no entendía porqué, pero me sentía muy sucia y mi llanto no podía parar.
Esa historia terminó ahí, yo ni me planteé denunciar, ¿sabéis por qué chicas?, porque creía que eso no era abuso. La sociedad nos ha vendido que el abuso sexual implica penetración, y aún así, cuando denuncies, caerán sobre ti mil cuestionamientos, incluso llegando a tacharte de «exagerada». Sí, no hubo más allá de un tocamiento de t*tas, pero un tocamiento no permitido, violando mi intimidad. ¿Y sabéis qué es lo peor?, que seguramente hubiera ido a denunciar…y me hubieran hecho volverme a casa porque «no eran motivos suficientes». Y en ocasiones así, el «mejor pedir perdón que permiso», no vale, porque si un acercamiento sexual no está permitido por dos personas, es abuso. Y no nos confundamos, para el abuso no hace falta penetración, porque lo sexual, va mucho más allá de eso.
Meses más tarde me cuestiono cómo hubiera sido todo si hubiera decidido denunciar, y sigo pensando porqué no deje de llorar durante toda la noche…y todavía no lo entiendo. En mi caso, fue un tocamiento no permitido…pero por desgracia a muchas chicas va mucho más allá, y cuando se pasa de ser víctima a persona cuestionada, algo no marcha bien. Una violación y un abuso, no está para cuestionarse, está para castigarse.
Y no sé qué hago contando esto, pero solo espero que se pida más permiso y menos perdón, y que si en alguna ocasión, sientes que se ha invadido tu intimidad de forma sexual, tengas más valentía que yo en denunciar, porque ese día fui yo, pero quizá mañana puede ser otra persona.
Y desde aquí…¿Qué pensaís vosotras?, ¿Un mero tocamiento debe ser considerado abuso? ¿Debería haber denunciado?
Un besito a todas.