Jamás pensé que tendría oportunidad de escribir aquí después de tantos años como fiel lectora, pero necesito vuestra opinión objetiva.
Llevo 12 años con el hombre más maravilloso del mundo, y por fin llegó el momento de casarnos. Llevamos prometidos desde 2022 después de salir de una gran depresión que casi me cuesta la vida misma.
Hace muchos años que mi relación con mi padre es nefasta. Desde mis 12 años, dejó de hacer de padre convencional. Él estaba en una relación tóxica donde hizo que en sus semanas de custodia compartida, me hiciera vivir con mis abuelos puesto que su ex, no quería convivir más conmigo; después de aquello y dos niños en común con esa persona, se separó y entró en depresión, arruinado, sin trabajo y sin un duro para sacarnos adelante. Me volqué como pude con mis recién cumplidos 14 años, yendo los fines de semana a cocinarle para que comiera y comieran mis hermanos, quitándome mis necesidades para dar paso a los demás.
Un par de años más tarde se juntó con otra persona y aquello ya fue la guinda del pastel. Dejándome sin atención ni emocional, ni educativa (mientras a las otras partes les compraba con cosas materiales que no necesitaban con el dinero que no teníamos), y es ahí cuando decido salir de esa vida e irme lejos de aquellas injusticias. Años más tarde, y ya estando en pareja, intenté un acercamiento, pero fue desastroso, salí de allí corriendo y con un ataque de ansiedad del cual NADIE de mi familia se preocupó.
Siguieron pasando los años y seguimos sin tener relación. Mi «familia» paterna jamás le llamó la atención, jamás le dijeron que no se comportaba como un padre ejemplar y cómo podía repudiar de esa manera a su propia hija como si fuera un colega de la calle el cual te debe dinero.
Así siguieron pasando los años hasta que una noche me hizo una llamada alarmante por tener problemas en su relación y me reclamaba que volviera a casa porque estaba solo y me faltó tiempo para salir corriendo para ir a cuidarle a él y a los niños una vez más… Hasta que me echó de casa cuando volvió con su pareja de ese momento y ya no necesitaba más de mi.
Otra tira de años después volví a darle otra oportunidad, y pese a ver comportamientos tóxicos, miraba para otro lado autoengañándome porque era el precio a pagar si quería tener relación con él.
Hasta que llegó mi depresión.
En la cual no se involucró ni lo más mínimo, solo hablaba conmigo para decirme que tenía que dejar de tomar mi medicación y haciéndome sentir culpable por necesitarla. Mi chico y mi madre le rogaron que dejara de actuar así conmigo y que cuidara de mi puesto que no podía estar mucho tiempo sola en casa. Jamás lo hizo, siempre eran malas caras si le pedía que viniera a buscarme, puesto que no podía conducir, o le invitaba a mi casa, y tampoco venía porque por narices, era yo la que tenía que entrar por su puerta y no al revés (y patrocinando las comidas, que qué morro el mío ir a casa de mi padre sin aportar hasta el vino de la marca que el exigía o compraba todos los ingredientes para poder decir que me ha invitado a una paella).
El broche final, fue a principios de 2022 donde se daba golpes de pecho con sus amistades delante de mi de lo buen padre que fue conmigo toda la vida, donde exploté y dije lo que pensaba y sentía y claro, herí su ego de macho alfa y desde aquel momento no volví a saber nada de él, ni estando ingresada, ni teniendo recaídas, ni en nada más.
A finales de ese mismo año, me comprometí y se lo comuniqué a mi familia paterna (A los pocos con los que mantenía el mínimo contacto ya que era yo quien iba detrás de ellos), y desde ese momento, la relación ha ido apagándose por decidir que no iba a invitar a mi padre a mi boda. Hasta hace unos días atrás que ya fue el punto y final, puesto que me han dejado bien claro, que si mi padre no viene a la boda, ellos tampoco, que estoy siendo muy injusta con él y que desfachatez por mi parte entrar a la iglesia del brazo de otra persona que no sea mi padre.
Estoy muy dolida, me siento devastada, y ahora mismo en mi corazón solo cabe el pensamiento de que tengo que poner un punto y final a esa familia que no me aporta nada positivo en mi vida, que debo cerrar la puerta silenciosamente y sin hacer ruido para que sigan recordándome lo mala persona que soy y que he sido. Pero otra parte de mi está deseando explotar y decirles lo que siento, aunque también sé, que no merece la pena.
Estoy deseando que llegue el gran día, empezar una nueva etapa juntos y dejar atrás mi pasado.
Me gustaría saber vuestra opinión, si creéis que debería hablar con mi padre, si tendría que perder el tiempo con esos familiares que me han dejado claro que no vienen por lealtad a él, o si sencillamente, debo darme media vuelta y seguir con mi vida pero sin esa mochila que llevo arrastrando durante tantos años.
Gracias… Si has llegado hasta aquí, te doy las gracias por perder tu tiempo en mi drama, y más todavía, si te molestas en dejarme tu opinión con este resumen MUY resumido de la mitad de mi vida.
UN GRAN ABRAZO A TODXS.