Mi pareja y yo a veces nos decimos el pin o el patrón de desbloqueo del teléfono si alguno de los dos necesita usar el móvil del otro, y seguramente pasaría lo mismo con el ordenador de ser necesario, pero estamos hablando de momentos puntuales y sabiendo también que nos vamos a olvidar al milisegundo porque no tenemos interés ni derecho a acceder cuando nos venga en gana.
Lo que hacéis es tóxico por definición porque por mucho permiso que haya, sentir la necesidad de controlar hasta tal punto a tu pareja es sumamente tóxico.