Me he apuntado al gimnasio este mes de septiembre con la intención de perder algunos kilos, pero me está costando ya que no estoy acostumbrada a hacer deporte.
El día 1, una monitora que es la encargada de las clases a las que asisto, nos pesó y nos dijo el índice de masa corporal y toda esa historia.
La verdad que parecía simpática, me dio unas pautas de alimentación, cosas que debía comer más y otras evitar.
Ayer, nos hizo seguimiento de la primera semana y no solo no he perdido, sino que he cogido un par de kilos más. Se ve que le molestó y puso mala cara, pero no me dijo nada.
Después fuimos a dar la clase y como a la mitad, se dirigió a mí diciéndome que le diera más caña, que lo que tenía que hacer era ponerle más ganas y comer menos. Pasé mucha vergüenza, hubo algún hombre que le río la gracia y ahora no sé si dejarlo.
Hoy no me he atrevido a ir por lo mismo y encima ayer con la ansiedad me puse hasta arriba de chocolate.
Me ha hecho sentirme muy mal.