¡Hola amiguitas de Welover!
¿Cómo lleváis esto de estar encerraditas en casa? ¡No salir, eh! Mejor prevenir que lamentar, ya tendremos tiempo de irnos de cañitas y todas esas cosas.
Lo que os vengo a contar todavía no se lo he soltado ni a mis besties, les enviaré este enlace para que se cachondeen un rato de mí y de todo lo que me pasa, porque fue muy bueno.
El caso es que llevo como tres semanas medio liada con uno de mi trabajo. Yo soy una tía súper extrovertida y él todo lo contrario. Es muy cortadete pero cuando te paras a hablar un rato con él y se suelta es de lo mejorcito que hay. Nos enrollamos una noche después de una cena y desde entonces pues hay mucho tonteo y tal. A mí qué queréis que os diga, me pone muchísimo que sea un tío tan serio y tímido y después se lance tanto en la cama, ¡brutal!
Con todo esto de la pandemia y el estar en casa pues lo de echar un kiki o vernos está jodido pero hablamos mucho por teléfono y por mensaje. El otro día por la noche me llamó y empezamos a hablar hasta que el asunto se puso juguetón. Vi que él quería entrar en ese terreno pero no se acababa de animar así que le solté un par de guarrerías del tipo ‘¿qué harías si te empezara a acariciar la polla ahora mismo?’ y lo dejé KO.
Me seguía y me decía que le estaba encantando hacer aquello conmigo pero tampoco me decía él nada a mí, y yo quería un poco más de su parte. Así que le pedí que me dijera cosas, qué me haría y todo eso. Se quedó un ratito en silencio y me dice:
PUES AHORA TE ACARICIARÍA EL CONEJO CON MIS DEDITOS
La intención era buena, seguro, pero es que yo solo podía imaginármelo con un conejito entre las manos. ¿Eso de llamarle al coño ‘conejo’ no está ya muy pasado? No sé, a mí no me lo habían dicho nunca.
No quería reírme pero me empecé a mear yo sola tirada en la cama. Él me empezó a preguntar también descojonándose que cómo quería que le llamara a mi asunto y yo le dije pues ‘coño, o vagina’ si lo veía más apropiado, ¿pero conejo? ¡¿EN SERIO, GEORGE?!
JAJAJAJAJAJAJAJA
Después de las risas se ve que se tranquilizó un poco y nos pusimos un poco más en serio. Incluso me narró una comida de coño que, ya os digo, mejor que cualquier novela erótica que haya leído en mi puta vida. Esa ya os la dejo para otro día, que no os quiero aburrir con mis historias JAJAJAJA
¡Abrazos en la distancia y a ser buenas, amiguitas!