No sé por dónde empezar realmente. Han sido muchas cosas las que empezaron a joder la relación, desde su temperamento, las pérdidas de respeto cuando se enfadaba, pasar de mí cuando algo iba mal… Esto no era siempre, claro. El resto del tiempo era un amor, con sus cosillas pero cuando algo se truncaba todo parecía horrible.
La gota que colmó el vaso fueron sus celos. No era celoso en general, jamás me miró el móvil ni redes ni me interrogaba, pero entonces llegó un amigo al que quiero muchísimo, es un chico encantador que adoro y con el que tengo mucho aprecio y con el que hago planes cada vez que tengo un hueco.
Suena raro pero en realidad estos huecos en los que quedaba con mi amigo, llamémoslo Oceanio, son los que mi novio me dejaba. Se iba con sus amigos, y yo quedaba con Oce. Viajaba sin mí, quedaba con Oce. No quería quedar, pues quedaba con Oce. Ahora cabe destacar que Oce es guapo con gana, el chaval es un partidazo que ni la final del mundial, y ya os digo que es un sol. Y yo quedaba con él y me lo pasaba en grande, y con toda la naturalidad del mundo le contaba a mi novio lo que habíamos hecho o de lo que habíamos hablado, como me contaba él sus cosas y sus momentos con amigos. A veces ponía cara pero no imaginaba que estaba celoso de Oce porque yo no lo veo de otra forma que como amigo y él a mí tampoco.
Entonces llegó el día en que estalló. Me dijo que iba a irse de viaje con sus amigos y pues vale cari pásalo bien, a mí me parece genial que se vaya. Y me preguntó qué haría esos días y, entre muchas otras cosas, mencioné que quedaría con Oce porque hacía ya tiempo que no salía con él, y mi novio se cabreó. Pero mucho. Y de gratis. Que si salía demasiado con Oce, que si es un tío que va a lo que va, que esto que aquello, y al final lo dijo. Que no podía seguir viendo a Oce, me suelta. Yo perpleja y a punto de descojonarme, qué es eso de que no puedo quedar con quien me salga del mondongo. Y entonces me dice, muy convencido, que sus amigos, de su grupo, prohíben a sus novias quedar con ciertos chicos y no pasa nada y es muy normal. Perdona chato pero tus amigos son gilipollas y tú a mí no me das órdenes. Media hora más tarde lo dejé con él porque dónde va con esas ideas, yo con neandertales así no me junto.
Ahora me está pidiendo perdón y que por favor vuelva con él, que ha entendido que se equivocaba y todo eso que se dice pero que yo no me termino de creer y no sé si me acabaré arrepintiendo de darle más oportunidades (no es la primera vez que le dejo aunque el motivo es otro). No sé qué hacer ahora.