Primero de todo, si estás leyendo esto te agradecería que me dejes una respuesta al final de todo, porqué llevo con esto en mi cabeza desde hace meses y creo que me estoy volviendo loca, muchas gracias.
Antes de todo quiero aclarar que soy una niña de 15 años que acaba de finalizar la secundaria. Bueno ahora sí os dejó con el drama que me está volviendo loca desde hace meses.
Para entenderme hay que empezar a contar esta historia desde principios del curso…
En nuestra clase, un profesor se tuvo que dar de baja y llegó otro profesor joven a sustituirlo hasta que le dieran el alta. El primer día nada más llegar cuando nos miramos noté como una tensión en el ambiente, nunca la había sentido antes. La siguiente semana, pasaba la lista para recordar los nombres a los 2 días, me acuerdo se sabía el de todos, menos el mío, siempre se me quedaba mirando con una sonrisa y después decía un nombre al azar en tono vacilón pero a la vez de duda mientras me seguía sonriendo. Cuando explicaba siempre, no me paraba de mirar cada 10 seg pero no mirar de «bueno vamos a mirarla para que preste algo de atención» no, no, no corazones. El profesor se me quedaba mirando más de 5 segundos mientras explicaba y al final de explicar también. Cabe aclarar que todo lo anterior supuse que era algo normal, pero después de lo que te voy a contar, no lo pude ver normal.
En un examen me dijo que tenía un ejercicio mal y borré lo que escribí, se quedó ahí para ver sí lo que iba a escribir estaba bien o mal, me daba pistas y señas todo el rato y al final me dijo » ya lo tienes bien, fíjate», también me ayudó con el siguiente ejercicio. Siempre me hablaba en un tono suave y dulce incluso en los días que se enfadaba con la clase y estaba de mal humor. Nunca me llegó hablar de forma alterada. Un día de una recuperación los que no teníamos que hacerla llevamos cosas para pasar el tiempo. Cuando me senté en clase y empecé a dibujar noté que alguien golpeó la mesa, y era él de nuevo, me dijo «agarra la materia, que os voy a poner trabajo». El trabajo era de buscar información y se supone que nada más buscarlo ya aparecía pero bueno seguí leyendo ya que tenía curiosidad y en un momento por la cara se levantó y dijo mi nombre varias veces y se puso de rodillas justo a mi lado para explicarme, empezó a ver una tensión muy grande en el ambiente estaba muy cerca mía y empezó a hablar cada vez más rápido, se ponía rojo, no me paraba de mirar fijamente, muchas veces se le desviaba la mirada hacía mis labios, cada vez se acercaba más, hubo momento en el que se quedó como sin aire y se me quedó mirando, al final soltó más información y al final me preguntó si había entendido, le dije que sí, se pusó de pie rápido, aún se podía escuchar su respiración, estaba acelerada cómo si acabará de correr un maratón, se pasó la mano por el pelo y suspiró de alivio.
Ese día no pude de parar de pensar en eso. Los siguientes meses fueron iguales, cuando mi compañero le preguntaba una duda le explicaba mientras que a veces me miraba, siempre, siempre, siempre, me miraba a la hora de explicar un día nos pregunto a la clase que queríamos hacer después de la secundaria, cuando le dije mis planes, me empezó a hacer preguntas, él quería saber más, le interesaba siempre todo lo que le decía, prestaba mucha atención a mis dudas, no sé, la verdad me volví loca con ese profesor hubo mucha tensión desde el principio, el día en el que nos despedimos recuerdo que me acerqué y lo saludé para decirle adiós, pero él fué más rápido y me lo dijo el a mí, se me quedo mirando triste con una sonrisa mientras me sujetaba el hombro y me dijo «me voy». No le dije nada, no me esperaba encontrarmelo así. Yo iba con intención de hacer la típica despedida de buena onda pero al verlo me quedé sin palabras, pero creo que los dos notamos esa «oleada» triste supongo, solo nos dijimos 3 palabras pero nuestras miradas lo decían todo. Desde allí no lo volví a ver, después le solicité en la cuenta de instagram pero nunca me llegó a aceptar, esa es mi historia.