No eres ninguna enferma. El primer recuerdo de excitación que tengo es tener unos cinco años y ver en la tele a dos vaqueros violando a una India y sentir esas cosquillitas. El permiso para hacer lo que quiera mientras duermo lo tiene mi marido y me encanta cuando lo usa, y cuando se lo retiro por unos días, pues deja de usarlo. Lo del cuello que nombras es una practica habitual, prueba técnicas de bondage soft, o simplemente, sin complicarte atarte las manos con pañuelos suaves, disfrutarás mucho!.
Mientras esté claro, consentido y no pude del sexo, ¿Qué problema hay?

La fantasía es fantasía y no tienes por qué juzgarte a ti misma por lo que te guste en la cama, que hay gente que come caca y luego no te la sirve en la mesa!! ¡Menos chorradas señoras juzgantas!

Hola!! Como te han dicho ya por ahí prueba el BDSM! Recomendadisimo, porque yo creo que lo que te pone es que te dominen. Hay mil páginas en Internet con mil juegos para hacer en pareja de ese rollo y hazme caso que es un mundo muy estigmatizado pero mis mejores polvos han sido dentro de ese juego. Estigmatizado porque parece que no puedes defender el feminismo ni la violencia de género cuando te pone ese tipo de «violencia» en el sexo. Solo diré leer más, que pensamos que es algo nuevo lo de que nos ponga ser dominadas que estamos enfermas, pero ya desde el siglo IX hay constancias de qué a las tías nos ponía este tipo de fantasias sexuales. Así que abrir la mente, que ser feminista es también saber qué es la «sororidad», un poquito empatía que si a alguien no le gusta y prefiere otras prácticas sexuales no nos hacen más o menos enfermas ni a las otras unas santas.
Así que lo dicho, te recomiendo que busques cositas de BDSM, lo hables con tu novio y disfrutar mucho!

A mi también me pasa, no estas loca, hay gente que le gusta el sadomaso y no significa que cualquiera tenga derecho a que se les pegue. Y como tú, yo también he reflexionado sobre ello, no es que me gustaría que me pasara a mi ni por asomo. Pero lo veo como han dicho en otro comentario, ciencia ficción. Y no estoy de acuerdo con que esto normaliza los abusos, yo me he criado jugando videojuegos «violentos» y no me da por ir apuñalado a la gente.

No me gustan las escenas de violaciones, no me gustan las escenas de violencia en el sexo, es más, me bajan la libido.

Pero, siempre hay un pero, me gusta que mi pareja me lo haga a mi. Me pone muy cachonda que mi pareja me agarre y no pueda escapar y termine metiéndome unos pollazos salvajes, me pone cachonda que me de azotes en el culo mientras estamos follando a cuatro patas…sí, me excita, me pone perraca. Consideráis sus quque estoy loca por esto? Pues perfecto, cada uno tenemos nuestras locuras.

No hace falta que relatéis lo que es una violacion, ni nada por el estilo, creo que no sabéis diferenciar de fantasía con tu pareja a que te mole verlo.
Pero también es verdad que el doble rasero que hay en esta página es bastante abrumador, si lo dice un hombre le tachamos de todo y si lo dice una mujer rápidamente la hablamos como si fuera idiota “cielo es normal” “cariño no te preocupes” “preciosa a mi también me pasa”…en fin, si es normal es normal, ynsi es atípico es atípico, pero dejaos de estar con unos si y con otros no.

Obviamente nadie debería decirte que estás loca o esto es enfermizo. Las fantasías sexuales son APRENDIDAS. Es decir, no te excitan las violaciones de forma natural, se trata de un deseo aprendido que se basa en una sociedad machista y violenta que nos ha enseñado desde pequeñas que a las mujeres nos violan. Que los hombres son superiores, que ellos tienen el poder y que nosotras solo somos objetos sexuales, nunca sujetos activos. Lo que quiero decir es que tus fantasías sexuales tienen una razón de ser y es tu elección intentar desaprenderlas y deconstruirlas, que en mi opinión sería lo más sano y feminista, o simplemente disfrutar de lo que te excita y usarlo en tus relaciones de pareja.
Muy parecido sucede con el porno o las fantasías colegiala/profesor. Esas fantasías, aunque no sean reales, lo que muestran es una violación de un hombre adulto, en situación de poder, sobre una niña en situación de inferioridad, lo que nos lleva a la pederastia. Está en la mano de cada une de nosotres deconstruir todas esas fantasías aprendidas. Y eso es una elección persobal. Yo en su momento lo hice, estoy orgullosa de ello, pero no me parece criticable que haya otras personas que decidan disfrutar de ellas.