Lo pongo en follodrama, pero no sé muy bien si debería ir en «amor». El caso es que me gusta mucho un chico, pero no un chico cualquiera, no: es amigo de mi ex. ¿Qué pasa? Que mi ex y yo lo dejamos este verano después de muchas idas y venidas durante años y ahora está viviendo a mil kilómetros de mi ciudad. Durante los últimos meses, yo le he estado diciendo de hablar para ver si podíamos arreglarlo o si pasábamos página definitivamente, porque no se quedaron las cosas claras del todo. El chico ha estado mareando la perdiz durante estos meses, que me quiere mucho y tal, que quiere estar conmigo, pero no veo avance más allá de alguna que otra conversación breve por whatsapp. Y mientras tanto, os juro que sin pretensión alguna, su amigo y yo nos hemos ido uniendo cada vez más. Tenemos muchas cosas en común, ideales parecidos, nos llevamos genial, nos pasamos el día hablando por whatsapp y nos vemos a menudo, ya que vive a cinco minutos de mi casa. Los dos tenemos claro que a día de hoy no queremos una relación porque ambos estamos aún dolidos por experiencias pasadas y saldría mal, pero me ha dicho que le gusto, que le atraigo un montón, y aparte de la amistad que nos une, hay una evidente tensión sexual no resuelta que cada vez va a más. Es muy inteligente, tiene buena conversación y me escribe unas cosas que me enciende viva, pero por cómo me toca y acaricia cuando nos vemos se nota perfectamente que tiene ganas de ir a más. El caso es que yo también, qué queréis que os diga, el chico me gusta y llevo mucho tiempo en el dique seco. Pero es amigo de mi ex, con el que aún está la situación inconclusa por más veces que le he dicho que hay que ir definiendo algo, y sé que estaría feo. Así que lo más seguro es que me quede con las ganas y siga fantaseando con este otro chico, pero… Qué dilema.