A ver, él es muy libre (y muy sincero) al decirte que ya no le atraes físicamente. Puede ser por tu peso, en este caso, o por lo que sea, pero nuestra pareja puede dejar de atraernos. La atracción es subjetiva y, si algo cambia, la atracción puede desaparecer porque no la controlamos con el cerebro. Puedes seguir queriendo a esa persona porque lo que es, su carácter, su corazón, su inteligencia, no ha cambiado. Pero la atracción, que suma todo eso a un componente físico, sí puede cambiar. Quizás por tu parte no ha cambiado, y está bien, pero por la suya sí, y está bien que te lo diga, tiene todo el derecho.
Ahora, a partir de aquí, tú también eres muy libre de decidir qué hacer con esa información. Si estás sana, que es lo fundamental, y a gusto con tu cuerpo, no tienes por qué adelgazar para entrar en los criterios subjetivos de tu marido ni de nadie. Una (o uno) adelgaza por estar más sano y por decisión propia, no nadie. Así que tú decides. Pero por ti, no por él.
No estoy de acuerdo tampoco en lo que te han dicho de, si aceptas adelgazar, proponerle hacerlo juntos. Como digo, opino que uno adelgaza por uno mismo. Ligar ese proceso, que es sacrificado, al compromiso de otro significa que estás convencida por ti misma de la necesidad de perder peso. ¿Y si el otro abandona? No. Adelgaza si es algo que tenías en mente o no lo hagas solo por complacerle a él.