POR QUÉ SOY TAN PUTO RALLADA, TÍO.
POR QUÉ TODO EL RATO NO PUEDO DEJAR DE PENSAR.
POR QUÉ SI ESTÁ TODO HABLADO SIGo DÁNDOLE VUELTAS Y SINTIÉNDOME MAL.
Situación: tengo un follamigo desde el confinamiento que vive en mi edificio. Tenemos las ‘bases’ muy establecidas. Somos amigos, follamos cuando nos apetece y no nos tenemos que dar explicaciones de absolutamente nada.
Pues bien, el finde me tiré al amigo de mi compi de piso que se tuvo que quedar aquí a dormir por temas de curro y ahora me siento MAL. Es como si estuviera engañando a Marc, como si le hubiera puesto los cuernos, como si le hubiera fallado.
Que sé que no somos nada, que ya está todo hablado y que yo puedo hacer lo que me da la gana, pero es como que… pues como que lo que nos dijimos fue al principio y ya llevamos muchos meses así y los sentimientos han cambiado y ahora cada vez pasamos más tiempo juntos por estar juntos y menos tiempo follando y yo qué sé tío, qué rabia me da esta cabeza que tengo que no sabe parar y existir simplemente.
¿Conclusiones que estoy sacando yo de todo esto?
1. Que ya no le veo como un follamigo. Porque si le viera así no tendría todo este drama.
2. Que tengo que hablar con él y no tengo ni idea de qué decirle.
3. ¿Alguna vez en la historia de la humanidad alguien ha pedido convertir una relación de follamistad en algo serio empezando la conversación con un: ‘me he follado a otro y ahora creo que te quiero’?
4. Por qué nos complicamos tanto la vida.
5. Me voy a hacerme un colacao.