Buenas noches, chicas.
Escribo aquí porque estoy un poco inquieta (vamos, muy inquieta) y de verdad que no sé como gestionar esto. Algunas puede que me digais que no es para tanto. Si me vais a decir eso, por favor, os podéis ahorrar el comentario, que cada una es un mundo y para mi esto es un auténtico quebradero de cabeza :(
El caso es que mi novia me ha pedido que nos vayamos a vivir juntas. Llevamos ya saliendo cuatro años, nos queremos y sabemos que queremos tener una vida común.
El problema es que era algo que yo veía lejano, que no creía realmente que fuese a pasar a corto plazo, y aunque ya habíamos comentado de hacerlo, hace dos días me dijo que no aguantaba más en su casa y que tenía muchas ganas de irse a vivir conmigo. Que por favor, nos pusieramos en serio a limpiar el piso y nos fuéramos.
Hay que decir que no tiene una relación ideal con su familia: sus padres discuten mucho y sus hermanas son bastante individualistas. Ese es el motivo de que quiera salir de allí y venirse a mi pueblo, donde mi tía tiene un piso vacío que nos dejaría por un alquiler ridículo que podemos permitirnos porque ambas tenemos trabajo fijo.
Para mí ha sido un choque. Se me ha puesto un nudo en el pecho y no me lo puedo quitar. Yo tengo una excelente relación con mi familia. Vivo con mis padres, a los que adoro, y aunque veo muchísimas ventajas al hecho de irnos a vivir al piso juntas (actualmente con mis padres resido en una zona residencial alejada del centro y hay que coger coche y tal para ir), hay algo que no va bien. Siento una pena tremenda, verdadera angustia ante si sabré afrontar el cambio, si podré con ello. Me da pánico dejar todo lo que tengo aquí, y pensar que jamás volveré a dormir en mi habitación o estudiar en mi escritorio. Es el sitio donde he pasado mis 23 años de vida y tengo lazos sentimentales muy fuertes con esta casa, de hecho siempre he dicho que me encantaría heredarla para vivir aquí cuando mis padres sean mayores y busquen, como pretenden hacer, un piso más pequeño para ellos.
Parece una tontería pero pienso que si, aún estando todavía en mi casa, me siento así, ¿cómo reaccionaré cuando me vea allí? ¿Y si estropeo la convivencia por echar de menos a mis padres y mi casa? ¿Y si no estoy lista?
A todo eso se une que, debido a la relación que tiene con sus padres, mi pareja no lleva especialmente bien que mi familia sea tan familiar. En el sentido de que no se acostumbra a que nos veamos tanto y queramos estar juntos al menos una vez a la semana para comer. Sé que si me voy de casa no veré apenas a mis sobrinas ni a mis hermanos, y que me pondrá mala cara si quiero visitar a mi madre casi todos los días. Me da mucho miedo no saber mantener en equilibrio esa balanza y perder alguna de las dos cosas.
Os agradecería que me dieseis opiniones constructivas y que me contarais vuestras experiencias. Muchísimas gracias por leerme.