Hola, lovesizers! Esto iría bien aquí o incluso en gordofobia.
Mi abuela siempre fue una mujer enemiga de todo el mundo. Polemiza con los vecinos del pueblo y enfrenta a sus hijos porque sí. Y desde hace algunos años la cosa empeoró, vive en una casa cuya propietaria es mi madre,y no le gusta recibir visitas aunque sean de la propietaria.
Cuando yo iba a visitarla siempre torcía el gesto y me hacía alguna putadilla. Pero la peor es la que tardé años en saber.
Siempre que iba yo encargaba una tarta de 16 raciones al panadero, tarta que yo nunca veía. Me daba igual, sinceramente. Ella se la comía e invariablemente caía enferma de empacho, ante la preocupación de mi familia, que lo achacaba a cólicos de pancreatitis.
Por otro lado aclaro que soy la única persona gorda de la familia, tengo un problema de tiroides pero llevo una vida muy activa (hago natación, body combat y senderismo y nunca menos de 5 veces semana) pero aún así en el pueblo los comentarios gordófobos eran un no parar, aunque me vieran llegar de hacer una ruta de 30 km.
Pues bien, hace 4 años mi abuela se muda con mi tía porque ya no se vale y yo vuelvo al pueblo sola. Y voy a la panadería. Ante mi sorpresa el panadero mete cinco bollos y una barra de pan y me dice que la tarta estará mañana. Cuando le digo que yo no he pedido nada de eso me dice:
– Pero si según tú abuela es tu desayuno diario. Desde luego, vas a arruinar a tu abuela y a arruinar tu salud…
Me fui sin comprar nada, avergonzada. Lo comenté con la vecina y me dijo sorprendida que si, que era cada día así. Que mi abuela compraba cantidades ingentes de comida diciendo que su nieta gorda era una ruina para una pobre pensionista como ella. Seguí preguntando e incluso en mi familia todos creían que yo dedicaba mis vacaciones a ponerme morada a bollos y que lo de hacer senderismo era una excusa. Porque claro,doy gorda. Mi misión en la vida es ser una cerda.
Ese día cayeron dos mitos: mi supuesto TCA y la pancreatitis de mi abuela, que eran cólicos de ponerse morada destruyendo mi imagen, cuando además estando allí yo hacía mi propia compra (ella decía y con razón que ya soy mayor para que me alimente mi abuela).
En fin, me voy a comer un trozo de chocolate en su honor.
Espero que por lo menos os haya hecho gracia, a mí ahora me la hace. Aunque aún estoy esperando a que alguna de aquellas personas que me juzgó entonces se disculpe o cambie de actitud conmigo, porque el pastel de destapó,la gordofobia no acabó ni acabará.
Besazos.