Yo que tú, no me inmiscuyo en ese asunto. Puede que esté en negación, puede que sienta pudor, pueden ser mil cosas… pero es importante que la reconozcas como un humano competente. Que ella insista con que su talla es la 44 ni es, en sí mismo, realmente ‘grave’ pues, a la hora de comprar ropa (salvo vestidos como el que mencionas), no podrá hacer otra cosa mas que comprar lo que le vaya bien. Supongo que, por eso mismo, prefiere no ir de comprar contigo y eso te mosquea (entre otras cosas)… pero muchas que hemos vivido conflictos con nuestro cuerpo vemos como un calvario eso de comprar «en público», así que yo la dejaría en paz.
Obviamente, no le mientas en lo que respecta a ti. «¡Uy! Yo tendría que comprarme un 48 por lo menos», y listo. Si ella insiste en hablar de su talla, acepta la información que te da como real y así sea.
Lo único que me parece un poco «mal» es que haga comentarios sobre otras personas que están gordas. Si te parece adecuado, puedes recibirlo desde lo personal y ver si logras hacerla empatizar contigo: «amiga querida, me siento mal cuando haces comentarios sobre el peso de X pues yo no me siento del todo cómoda con mi peso y siento como si me estuvieses atacando a mi», o «me haces daño al decir eso aún cuando sé que no hablas de mí», o incluso «ni sabemos nada de esa persona y sería bueno que le respetáremos». Pero ésto último es general y totalmente independiente del estado físico de tu amiga: un mundo constructivo y más sano requiere que todos/as seamos más gentiles los unos con los otros.
Un abrazo