Es que… me pinchas y no sangro, de verdad os lo digo.
Fuimos hace una semana a la boda de unos amigos y antes de empezar la barra libre mi chico me pidió matrimonio. Estaba compinchado con el novio, ella no lo sabía porque es mi amiga y querían que se llevara ella también la sorpresa. Así que nada, vinieron todos los amigos bailando a nuestra mesa, se abrieron en círculo y en medio estaba mi chico con el anillo, fue super divertido y todo el mundo se alegró muchísimo.
Menos ella, al parecer.
Desde la semana pasada que no me habla, no me contesta a los Whatsapp y no me manda fotos (está de Luna de miel en las Maldivas), me hubiera parecido normal si no fuera porque el resto de nuestras amigas no dejan de recibir fotos de playas paradisiacas, mojitos y detalles de todo lo que hacen cada día. Así que nada, le dije que me llamara por favor si encontraba un hueco y vaya si me llamó.
Me dijo que no pensaba dirigirme la palabra hasta que no fuera capaz de asumir que yo le robé todo el protagonismo el día de su boda. Yo me quedé helada, le dije que fue sorpresa, que yo no lo había organizado y que su marido lo sabía. Me dijo que le daba lo mismo, que había mil formas y lugares de hacerlo y que no entendía por qué narices lo teníamos que hacer en su día…
¿Sabéis eso que dicen que de una boda sale otra boda?
Pues al parecer no a todo el mundo le gusta la idea.