Ojalá alguien hubiera grabado mi cara en el momento en el que abro el buzón, me veo un sobre troquelado, flipo porque ahora con el COVID qué evento va a haber, lo giro y me encuentro ‘Mario y Andrea’.
¿Mario? Pues Mario es un desgraciado como la copa de un pino, es el típico amor que una tiene una vez en la vida y que la deja marcada para siempre, ese es Mario.
Amor de verano, cuando teníamos 19, primeras veces ‘de verdad’ en absolutamente todos los sentidos, nos enamoramos mutuamente a niveles insospechados, nos pasamos ‘estando sin estar en la distancia’ tres años, yo termino la carrera y como soy así de entregada decido cruzarme toda la península e irme a vivir a Galicia (soy de Alicante) por él.
Voy, me mudo a un piso sola, él no se viene ‘porque no tiene dinero para independizarse’, le digo que el estudio lo pago yo sola igualmente, que solo se tiene que traer sus cosas, me dice que no y empieza el drama.
Yo me voy SOLA a su ciudad, no tengo amigas, no tengo compañeras de trabajo de mi edad, no tengo a nadie que no sea él. Empiezan los reproches, las toxicidades, los yo estar pesada y los él pasar de mí. Acabamos como el rosario de la aurora, me vuelvo a casa con el rabo entre las piernas, caemos en ‘la tentación’ como tres veces más después de aquel desastre, lo dejamos definitivamente cuando él se echa novia (porque yo le dije el ‘hasta aquí’ y lo bloqueé de todas partes, no hemos hablado en más de un año porque literal no tiene acceso a mí a través de una pantalla de ninguna manera (lo tengo bloqueado hasta del mail) y me manda ahora, a noviembre de 2020 la invitación a su boda para casarse en agosto (?)
¿Alguien me puede explicar algo? Porque de verdad que NO ENTIENDO NADA.