Vengo a contaros la bonita situación que viví con mi gata hace unos días.
Os pongo en situación, vivo con mi pareja y nuestras dos mascotas, una perra muy tranquila y una gata inusualmente cariñosa. Normalmente, cuando a mí novio y a mí nos apetece darnos amor un rato nos metemos en el cuarto y cerramos la puerta, porque entre la perra que le gusta dormir en nuestra cama y no le importa lo que estemos haciendo y la gata que aprovecha cualquier momento para mordernos los pies, como que no.
Pues esto es cuando le damos al folleteo, pero cuando estoy yo sola y me apetece, cojo mi minivibrador super útil para esta situación y apenas me tengo que mover yo, sí que es verdad que en estos casos mi perra suele estar tumbada a mi lado, pero está ahí dormida sin hacer nada, así que no me molesta y la gata normalmente está con sus juguetes.
Esta última vez, estábamos las tres en la cama (de buenas a primeras esto se ha vuelto como una peli porno xD), la perra a mis pies y la gata en mi almohada dormida. No vi necesidad de echarlas al salón, además ni las molesté, porque yo me masturbo con literatura erótica, porque soy una hipster vaginal.
A mitad de todo el rollo mi gata empieza a ronronear en sueños, y claro, como no hay vídeos ni ruido lo escuché alto y claro, pero utilicé mis superpoderes de lectora para ignorar todo a mi alrededor y centrarme en mi relato y todo iba bien, un pequeño eco de un ronroneo que no me molestaba, pero, justo cuando ya estaba terminando ella se despierta.
Se revuelva un poco y me mira fijamente. Cómo si estuviera juzgandome. Pero al ignoro también, miro hacia otro lado y como quien oye llover.
Pues no, en ese preciso momento en el que llegaba al final mi gata no quería que la ignorara, por lo que, sin dejar de ronronear, se restregó contra mi cara y empezó a jugar con mi pelo de la forma más adorable que jamás ha hecho.
No, aún así no me cortó el rollo porque estaba justo terminando, pero las risas que me eché luego yo sola para mí se quedan.
En fin, es una historia divertida que quería compartir y no es la típica para contar un domingo con mi familia política. En algún lugar tenía que soltarla.
Un besito