Mi jefe se aprovechó, y me sentí culpable

Inicio Foros Querido Diario #Cuéntalo Mi jefe se aprovechó, y me sentí culpable

  • Autor
    Entradas
  • Amparo
    Invitado
    Amparo on #602042

    Ahora tengo 44 años, sucedió todo cuando tenía 19, en plena época de «Ruta del Bacalao».

    Desde los 16 años comencé a trabajar para poder costearme ropa y demás. En casa éramos 5 y un sólo sueldo, así que daba para poco. Comencé trabajando de promotora-patinadora, y de lo que saliera. En la misma agencias también llevaban eventos nocturnos y a veces trabajaba para algún pub, de ahí fue todo rodando hasta que acabé trabajando de gogó. Y me encantaba. Porque me gustaba bailar, siempre íbamos por parejas y el ambiente estaba genial. Con el tiempo fuimos conociéndonos casi todas las chicas y saltando de agencia en agencia, y de discoteca en discoteca.

    Una compañera me metió en la agencia que tenía con su novio. Además de gogós llevaban también espectáculos eróticos, top-less y demás, aunque yo siempre dejé claro que lo mío era bailar y punto. Todo iba bien, hasta que rompieron y mi compañera desapareció de allí. El tipo la verdad imponía bastante, y me hizo varias encerronas para hacer top-less y tal, a las que siempre me negué.

    ¿Por qué no me cambié de agencia? Porque en aquel momento no había ninguna que buscara chicas.

    ¿Por qué no la dejé en ese momento? Pues sinceramente, no lo sé. Podría haber buscado trabajo de otra cosa, pero no creí que todo fuera a llegar al punto en el que llegó.

    En ese momento me había ido de casa de mis padres para poder seguir estudiando. Había acabado la antigua FP, y mis padres eran muy, pero que muy muy, chapados a la antigua. Y cuando dije que quería seguir estudiando la respuesta fue «a trabajar y traer dinero a casa, para casarte y tener hijos no necesitas más estudios». Me planté y dije que yo seguía estudiando. Ellos dijeron que no me iban a apoyar económicamente (no lo hacían desde que yo trabajaba, así que tampoco me suponía un problema).

    Cuando vieron que sí iba en serio, que seguía estudiando y no me ponía a trabajar, me hicieron la vida tan imposible para que dejara los estudios, que me tuve que ir a un piso compartido. Esto quiere decir que alquiler, comida, material de clase (estudiaba diseño gráfico y los materiales artísticos son bastante caros) y demás gastos corrían de mi cuenta. Yo trabajaba los fines de semana, pero no era nada fijo, había findes que trabajaba los dos días, a 8.000 antiguas pesetas cada día, y había findes que no trabajaba ninguno. Hasta el último día del mes no sabía seguro si podría pagar el alquiler. Y no exagero en deciros que pasé hambre. Salía de casa a las 8 de la mañana y volvía a las 4.30 sin nada que comer entre medias porque no tenía para comprarme almuerzo, pues no iba a llevarme patatas hervidas para almorzar, y aunque hubiera podido, eran para comer. Hasta ese punto.
    Creo que es un punto importante a tener en cuenta.

    Y sí, estaba buscando algo que me diera más estabilidad, pero que me permitiese seguir estudiando.

    Ese mes en concreto mi jefe estaba enfadado porque me había hecho alguna encerrona para hacer top-less y yo no había accedido, con lo cual apenas me dio trabajo.
    Sábado tarde y suena el teléfono. Me propone acompañarlo por la noche a buscar nuevos clientes (discotecas), y yo vestida con minifalda y tal, de sábado noche en plena ruta del bakalao, como imagen de la empresa. Yo le contesté que lo que necesitaba trabajar, no acompañarlo en búsqueda de nuevos clientes. Él me dijo que aunque no me pagaba, si alguna discoteca nos contrataba, me daría una pequeña paga. No confiaba en que lo hiciese, pero ante el no ganar nada, y una remota posibilidad de ganar algo, pues accedí. ¿Primer error? si.

    Antes, me llevó a cenar. Me saltaron las alarmas, eso se hace en las citas, no cuando vas a buscar clientes. Además, como os he comentado es un tío que imponía, y él lo sabía. Montó un pollo donde cenamos por ser un déspota maleducado, y me avergüenzó bastante. Todo el mundo me miraba como diciendo «¿qué haces con él?» además que, evidentemente, no iba vestida para cenar. Debí haberle dejado allí, pero entonces no me volvería a llamar para trabajar. ¿Segundo error? si.

    Monté en su coche con su perro, adiestrado para matar, detrás. Paró en las afueras a repostar gasolina y me pidió que le pasara dinero de la guantera. Al abrirla vi una pistola. Me quedé congelada y le pregunté si era de verdad. Asintió, diciendo que «era para los clientes que intentaban estafarle». En ese momento me debí bajar del coche. Lo se. Pero no lo hice. El miedo comenzó a invadirme. De hecho, creo lo hizo para imponerme aún más. Y lo consiguió. 3er error.

    Pasamos por un par de discotecas, se que por la zona de Alicante, pero no se específicamente en cuál. En un momento dado, él me dice que tiene sueño, y que quiere parar a dormir. Yo pensé que íbamos a dormir en el coche, con el perro. Pero en un momento dado, en una ciudad que desconozco, paró el coche y me dijo un «ahora vuelvo» sin dar más explicaciones. Volvió y me dijo que había cogido un hotel. Para mí misma pensé «bueno, mejor que dormir con el perro. Con un poco de suerte son dos habitaciones». Al llegar al hotel, me dio la sensación que me metía a escondidas. Ví que solo tenía unas llaves y sólo había una puerta. «bueno, igual son dos camas, y lo ha hecho por ahorrar». Todo eran excusas idiotas para no reconocer lo que me estaba pasando.

    Pero no, en la habitación solo había una cama, y además pequeña. Se puso la televisión y abrió el mueble bar, y se puso a beber. En ese momento le pregunté «¿no decías que tenías sueño?» acurrucada ya en un rincón de la cama, sin tener nada para cambiarme, con la ropa tal cual puesta. El respondió que necesitaba relajarse antes, y que lo que realmente necesitaba era un masaje. Que se lo diera. Yo le contesté rápidamente que yo no sabía, a lo que él respondió «no pasa nada, yo te enseño». Le dije que no me apetecía, pero como ya he dicho, me imponía mucho, le tenía miedo, y cuando me dí cuenta me había tumbado en la cama, comenzando a masajearme la espalda. Sus manos fueron metiéndose entre mi espalda y el colchón hasta que me tocó los pechos. Le paré en seco y le dije que eso no era un masaje.

    Y ahí comenzó la vorágine. Intenté lidiar como pude la situación, diciendo que no quería nada con ningún tío, que tenía novio y demás. Os podéis imaginar las evasivas y a él intentando meterme mano por donde pudo y babearme por donde podía.

    ¿Pude salir corriendo y gritando? si. Pero ¿quién me iba a creer, vestida así, y en una habitación de un hotel en la que había entrado a escondidas con un tío?.

    ¿Pude haber llamado a alguien? ¿A quíen? ¿A algún amigo, quizá? no llevaba ni un duro. No había móviles en aquella época.
    Tampoco podía llamar a casa y decir «papa/mamá, venid a por mí, necesito ayuda, estoy en un lío».
    Podría haber corrido a recepción y contárselo a la persona que estuviera allí, pero ¿cómo reaccionaría? ¿policía?.

    Me sentí tan acorralada que lidié con la situación lo mejor que pude. Y aún creo que tengo que dar gracias que el tipo no se puso violento forzándome a tener sexo con él, alguna mamada ni nada por el estilo.

    Amanecí con el maquillaje corrido, sin haber dormido, sobeteada por todas partes, y saliendo a escondidas de nuevo de esa habitación, 10 minutos después que él, ante la mirada de la gente del hall, que me miraban comosi yo fuese tal cual, una prostituta que sale a escondidas de una habitación. Iba vestida prácticamente así, y es que además me sentía así. Si ya me sentía mal por lo que acababa de vivir y culpable por verme involucrada en una situación que hubiese podido evitar, las miradas de aquellas personas me hicieron sentir más culpable aún.

    La vuelta a mi ciudad se volvió interminable, teniendo, además, que disimular y contestar las conversaciones que él me daba en el camino. Recuerdo ver el Peñón de Ifach de vuelta.

    Una vez en mi ciudad, no fui capaz de decírselo a nadie. Hasta el lunes siguiente en clase, que no se, algo pasó, y rompí a llorar. Alguien me siguió, y fui capaz de contarlo.

    Años después lo conté, en voz alta, en mi trabajo, donde sólo éramos 3 compañeras. La 3a que lo escuchaba me hizo mil reproches hasta que estallé y le pregunté. «¿estabas tú en mi pellejo? ¿vivías tú mi situación? ¿qué sabes lo que hubieras hecho tú en mi lugar? es muy fácil decir lo que harías y lo que no cuando estás en esa situación» Y es cierto.

    No permitiré que nadie me haga culpable de ello. Si. Hubiera podido reaccionar de 1000 formas distintas. Y evitarlo de otras 10.000. Pero fue él uien provocó y forzó una situación en la que yo no quería estar, aprovechándose de las circunstancias y sabiendo del «miedo» que yo le tenía.

    Así que no dejaré que nadie me haga sentir culpable por ello. Pude haberlo evitado. Pero cómo pensar lo que iba a ocurrir, ni cómo.

    Ahora quien quiera, que me juzgue. Yo ya lo hice lo suficiente, y no. No fui culpable de que semejante …. me hiciera lo que me hizo.


    Responder
    Maria
    Invitado
    Maria on #602052

    Madre mía. Eras una cría, desde luego que no debes sentirte culpable. Ahora, ya adulta y habiendo pasado por muchas cosas, ya puedes tener claro lo que hubieras hecho, pero en ese momento, muerta de hambre y en shock… Bastante que conseguiste resistirte y no llegó a más. Pero si no hubieras podido soportar la presión, y le hubieras dejado hacer por miedo (hubiera sido una violacion), seguirías sin ser culpable de nada. El único culpable de un abuso es el abusador.
    Creo que eres muy valiente por haber seguido tu propio camino, no el que te marcaban tus padres.
    Buscarte la vida debió de ser muy duro siendo tan joven.
    Un abrazo.

    Responder
    Mae
    Invitado
    Mae on #602164

    Buenas Amparo, obviamente no eres culpable, aunque déjame decirte que es una de las cosas que primero se sienten, asco y culpa.. obviamente el único culpable de todo ello fue ese «señor».. me alegra que tú misma escribas que has dejado de sentirte culpable, es un gran paso y se lo que cuesta..
    Gracias por exponer lo ocurrido, puede que a alguien más le sirva leerte.. a mí me ha servido!

    Responder
    Abubilla
    Invitado
    Abubilla on #602240

    Me alegro que hayas compartido está experiencia, y a día de hoy te sientas mejor contigo misma.
    No tuviste culpa de nada. Nos inculcan que tenemos que ser muñequitas hechas para satisfacer a los hombres.
    A mi también me ha servido de ayuda leerte!

    Responder
    Yo misma, cabreada
    Invitado
    Yo misma, cabreada on #604886

    Puestos a culpar, la culpa es de tus padres que te tiraron a la vida, indefensa, por no poder explotarte.
    Aunque, principalmente, la culpa es del agresor que actuó con alevosía. ¡A saber a cuántas más y qué más habrá hecho a otras!
    Y, no olvidemos, que la sociedad es partícipe de toda esta barbarie: por juzgar por las apariencias, por callar los abusos previos y por acusar a las víctimas de lo que les ha pasado.
    Demasiado bien sobreviviste, amiga del post.
    Un abrazo fuerte

    Responder
    Laura
    Invitado
    Laura on #604915

    Me faltan palabras…
    Si alguien se siente con derecho a juzgarte, es un ignorante. Como decían anteriormente, eras una niña… en una situación que muchos adultos no sabrían gestionar, como para saber con 19 años…
    Esos tios son una lacra. Sigue faltando educación, siguen faltando castigos mas duros, sigue faltando empatia por las víctimas…
    Me elegro de que lo consiguieras dejar atrás!!
    Un abrazo enorme

    Responder
    Jillann
    Invitado
    Jillann on #604922

    No eras culpable de nada de toda esa situación. Necesitabas trabajar, no tenías herramientas para evitar todo eso y tragaste porque querías que te mandase trabajo ese tipejo. El único culpable de todo eso fue él, sabía perfectamente que imponía y encima más con un perro adiestrado para matar y una pistola en la guantera del coche.

    Espero que a día de hoy estés en una mejor situación y todo ese pasado haya quedado atrás y como una anécdota.

    Responder
    Vayatela
    Invitado
    Vayatela on #604986

    El único culpable es el pedazo de mierda ese, espero que se esté pudriendo en alguna cárcel o nadé en la miseria más absoluta. Tu eres una superviviente, una valiente y una víctima. No permitas que nadie te culpe a ti del abuso de otra persona. Un fuerte abrazo

    Responder
    Ana
    Invitado
    Ana on #605029

    Eres una luchadora y no eres culpable de nada, hacías lo mejor que podías en aquel entonces para sobrevivir.
    Leete Diario de una Salvaje de Bebí Fernández. Habla de tíos como ese monstruo y casualmente de Alicante también y de todos esos negocios que mueven.
    Te removerá por dentro pero te aseguro que ese libro sana a las que hemos vivido agresiones y violencia sexual.
    Un beso!

    Responder
    Lalala
    Invitado
    Lalala on #605076

    Tú solo eres la víctima de unos padres que no estuvieron a la altura y víctima de un abusador que preparó bien el escenario para asustarte y tener tu silencio, ése silencio que tanto le beneficia a éste sinvergüenza.

    Responder
WeLoversize no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta web por colaboradores y usuarios del foro.
Las imágenes utilizadas para ilustrar los temas del foro pertenecen a un banco de fotos de pago y en ningún caso corresponden a los protagonistas de las historias.

Viendo 10 entradas - de la 1 a la 10 (de un total de 11)
Respuesta a: Mi jefe se aprovechó, y me sentí culpable
Tu información: