Hace 2 años que nuestro perrito de 13 años y medio camina mal. Nos dijeron que se debía a un problema de cadera… luego de artrosis. Y ahora finalmente nos han dicho que se trata de un problema neurológico que hace que no coordine bie al caminar. Y necesita ayuda para levantarse. Es un perrete de 13 años y medio, de raza grande. A ello hay que sumar que tiene un tumor benigno cerca del ano que le sangra bastante. Por edad nos han recomendado no operar. Aclaro que está recibiendo tratamiento para ambas dolencias y que la veterinaria nos ha dicho que no está sufriendo.
Ante esta situación, mi madre quiere que le pongan la inyección. Lo quiere desde el primer momento que empezó con síntomas (hace un par de años). Yo siempre me he negado al ver que el perro está bien, contento, come bien, juega dentro de sus posibilidades… Pero la situación se ha vuelto insostenible. Ella es una persona llena de odio, que se alimenta del conflicto, que no hace nada en casa… su vida se resume en comer, dormir y fumar. Y la situación del perro le molesta.
Yo preparo oposiciones Asique estoy con el perro todo el tiempo… él al verse impedido ladra y reclama nuestra atención a menudo ladrando. No es continuo pero sí si no estamos con él (cosa rara) o cuando comemos. En esas situaciones siempre soy yo quien le atiende.
Escribo esto porque este conflicto ya me sobrepasa… las broncas continuas, los insultos… me está creando muchísima ansiedad que no se como afrontar. Yo no quiero decir adiós al perro hasta que la veterinaria no nos lo acconseje. Pero me siento muy presionada por ella. Vaya por delante que si fuera factible me iría de casa con él. Pero no es una opción. Vaya por delante también que sé que el día que el perro no esté ella buscará otra fuente de conflicto, otra forma de machaque psicológico. Porque ella es así.