Pues así sigue la historia. Lee aquí la primera parte.
Después de publicar el primer post, no tuve que esperar muchos días para que mi marido considerara que ya habian bajado lo suficiente los casos de COVID para volver a irse de putas.
Cuando me puso la excusa de siempre, sali de casa antes que él, le esperé en el garaje y le enfrenté. No pudo negarlo, y reaccionó con arrepentimiento, lágrimas, declaraciones de amor, promesas… pero yo me mantuve firme. Le dije que ya no queria seguir con él, pero que le iba a dar tiempo para procesarlo (tiene problemas de ansiedad y va a terapia).
Mientras yo no he estado quieta. Gracias al centro de la mujer de mi localidad me he asessorado con una abogada, me ha aconsejado como buscar una abogada que me lleve el divorcio, que ya la tengo. También he ido a una psicóloga para que me ayude a decirle a mi marido exactamente lo que quiero. Tambien para tener unas pautas para hablar con mis hijos cuando llegue el momento.
Seguimos conviviendo, durmiendo en habitaciones diferentes, la convivencia no es mala, pero yo creo que es porque aún no hemos empezado realmente con el tema abogados. Nos queda aun mucho por hacer, pero ya he empezado y no pienso parar.
Estoy construyendo ya mi nueva vida y creo que voy a ser mucho más feliz, porque estaba dejando de ser yo misma.