Y luego me preguntan por qué creo que la política, la religión, las doctrinas sociales y los sectarismos y dogmas, en general, son un cáncer social. Pues precisamente por esto, porque se implanta una idea y germina sin control, sin que sea cuestionada, férrea e inamovible, torcida a la derecha o a la izquierda, da igual, y con todo el «si no eres de los míos, eres de los otros» incrustado en la frente. Así cambian a una persona, hasta hacerla alguien totalmente distinto a lo que era, y todo al servicio del dogma de turno.
Si ves las diferencias irreconciliables, pues toma cartas, hablad la situación, id a terapia, daos un tiempo o dejaos, pero perderos de esa forma e insultaros así por sectarismos, no sé, me parece triste, la verdad. Quizás es que no veo estas cosas como el resto, que también puede ser.