Como hija que lleva sufriendo muchos años una situación así tengo que contarte «la otra parte»
Mi madre se echó novio hace unos 15 años, había sido madre soltera y vivimos hasta entonces con mis abuelos. A él realmente lo vi pocas veces, fuimos a comer unas cuantas veces y alguna vez que vino a casa y en fin, no es que me cayera súper bien pero tampoco podía decir nada malo de él.
Cuando yo tenía 15, decidieron irse a vivir juntos a otra ciudad así que en plena adolescencia tuve que dejar todo y marchar y fue ahí cuando comenzaron todos los problemas: me hacía bromas muy pesadas, oía comentarios constantemente del tipo «a esta lo que le hace falta es ir a un internado como yo para que aprenda de la vida», de repente no metía mi ropa a la lavadora o dejaba sin lavar mis platos (cada día uno en casa era el encargado de hacer esas cosas) o no me ponía los cubiertos o venía con alguien a casa y aprovechando que mi madre no estaba soltaba un «ya está aquí la imbécil está» hasta que un día tuvimos una bronca (buscada por él) y dejamos de hablarnos, de esto hace ya 13 años y conviviendo todo ese tiempo.
Estos últimos años han sido muy duros para mí. Sé que en aquella época tampoco estaba muy rumbera, me pilló en plena adolescencia y es una época dura. Pero siempre fui una hija modelo, hacía todas las tareas de casa sin que tuvieran que decirme ni mu, sacaba muy buenas notas y jamás me metí en ningún lío.
Mi madre nunca tuvo una queja sobre mi y las veces que he hablado con ella acababa dándome la razón casi en todas y en las que no me la daba era porque él le había ido con un cuento que no era cierto. También sé que para ella era complicada esa situación, pero al final la que iba a irse de casa era yo.
En el fondo, y tras tiempo en terapia, comprendí que realmente la cosa no era un problema directo conmigo si no a la figura que yo representaba, que si yo en lugar de chica y ser Sonia me llamase Sergio el problema sería el mismo. Quería a mi madre para él sólo.
Llevo unos meses fuera de casa y me gustaría decirte que la cosa es distinta pero sigue prácticamente igual.
Con todo esto quiero decirte, que por el bienestar mental de tu hija y el tuyo, si de verdad crees que esta persona es la que mejor encaja en tu vida debéis ir a terapia y hacerle ver que tu hija no es el enemigo. Y si después de proponerlo/intentarlo tampoco accede… Quizá no debería estar en vuestra vida, tu hija es muy joven y todas estas cosas marcan. Ánimo