»Hola WeLovers, hoy me llamaron y tuve lo que pone en la portada; psicólogo. Quedé muy sorprendida, porque hasta entonces sólo me habían atendido psiquiatras y bueno, ayuda poca o ninguna.
Pues bien. Preguntas de rigor personales, pero en general buena vibra, apoyo y sin juzgarme, me sentí bastante escuchada y comprendida. Coincidimos en algo; mi psiquiatra había hecho muy bien en mandarme allí.
No todo es esperanzador. Es cierto que este psicólogo me ha hecho recuperar la fe en la ayuda psicológica por parte de la Seguridad Social.
El caso viene en lo siguiente. Me recomendó un libro.Eso genial. Y me mandó «deberes» para entregar en la próxima cita. Consistentes en escribir algo acompañado de un dibujo sobre ello, para conocerme mejor. Me encanta dibujar y la inspiración sobre mí en este momento me llegó enseguida. Lástima que no os lo pueda enseñar. La verdadera cuestión viene cuando he empezado a escribir. Conste, he sido honesta. Me gustaría compartirlo con todas y espero que podáis sacar algo de ello también, o si queréis puntos de vista o lo que queráis, siempre y cuando sea con respeto y algo de comprensión. Okey, ahí va:
«Me gustaría estar tan bien como aparento, igual que cuando finjo dormir y me duermo. Debería sentir algo de orgullo, un poco al menos, por elegir el camino «correcto» y empezar a dar esos pasos; la realidad es que no funciona así y no puedo. Mentiría si dijese lo contrario y si lo creyera me estaría engañando. Y yo odio eso… El problema son los hechos. El hecho de un día a día sin color, una comida sin sabor, un esfuerzo por seguir sobreviviendo en vano, ya que no avanzo. El hecho de ser invisible, querer no serlo y tener miedo de ello. El hecho de no encajar en este mundo. El hecho de que levantarme supone un gran esfuerzo (que encima hago sonriendo). El hecho de que una parte considerable de mí quiere rendirse de una vez; que si la eutanasia fuese legal, y me ofreciesen un descanso definitivo, por fin lloraría de alivio y daría gracias.
He vivido demasiado. En el fondo de todos mis intentos, sé que no quiero seguir viviendo, aunque parezca algo crudo. No quiero algo mejor, no en el fondo, nisiquiera sé si puedo cambiar eso.
Estoy porque no he muerto. Y lo he intentado. Y me he acabado el agua de mi cuerpo llorando en cada fracaso. No es justo.
He soportado dolor tras dolor durante años, mes a mes, día tras día, hasta el punto de dejar de sentir, o desconectar. Porque yo sé que los sentimientos están ahí, pero me he agotado de lo mismo. Nisiquiera me interesa ser feliz.
Tengo miedo de acabar siendo lo que me hicieron. De alejarme tanto de mis valores originales que no pueda reconocerme. De ser mal ser humano. De destruir en vez de reparar o construir.
Y me niego. Me niego a dejar que el lado malo de ser humana destruya lo que soy. Y si no puedo evitarlo, si cedo, si la rabia, el odio o el enfado superan la bondad, las ganas de ayudar, de creer y de querer, entonces no hay opción. Yo elijo lo que soy. No viviré en este mundo de otro modo.
Sin embargo llevo sobreviviendo en automático mucho tiempo. No quiero dañar ni destruir a nada ni a nadie.
No quiero ser una carga. No quiero que nadie tire de mí aunque yo no pueda hacerlo. No quiero que un gobierno o sociedad decidan lo que es o no mejor para mí. No estoy loca, estoy muy muy cuerda.
No soporto la desigualdad, el robo y control de los gobiernos, la pobreza, las guerras, ver gente tirada en la calle o gente tratando de escapar su país por la situación, el tráfico de niños o personas en general, cuántas especies animales se han extinguido, el cambio climático, y muchas cosas más. Me causan dolor y soy incapaz de ignorarlas.
Siendo lógica, ¿quién querría vivir en un mundo así? Todos excepto yo.
Pero hay que ser honestos… Las personas buenas no superan a las que no lo son.
Nada cambia porque nada se hace. Nadie actúa. Cada cual miramos impotentes nuestras manos vacías.
En un mundo así no hay futuro, ni esperanza.
Pienso que en alguna parte del universo debe existir un mundo donde mis valores sí encajen. Donde mi existencia tuviese sentido. En este mundo no hago nada. Nada cambiará. Sólo irá a peor. Para estar feliz en este mundo debo estar en sintonía con su realidad. Y no lo estoy.
Hay otras alternativas como evadirse. Pero no quiero hacerlo. Quiero seguir siendo yo hasta las últimas consecuencias».
Gracias por llegar hasta aquí.