No entiendo la frialdad de algunas personas, que sienten la necesidad de tratar a la gente como si no valiera nada.
Lo que no quieras para ti, no lo quieras para los demás. Es así de simple.
El viernes pase el día y la noche con un chico (con el que llevaba hablando unos días, de muy buen rollo), y fue super bien todo. Teniamos mogollón de cosas en común y en lo íntimo fue genial.
El caso es que nos despedimos el sábado, y bomba de humo. Como si se lo hubiese tragado la tierra.
Ninguno de los dos quiere nada serio, yo tampoco quiero tener una lapa pegada ni nada de eso. No lo he pretendido en ningún momento.
Pero eso no quita que trate a nadie como si no valiera nada. Como si fuera algo de usar y tirar.
Siempre soy respetuosa, tengo las cosas claras y voy con la verdad por delante. Siempre es mejor una verdad, aunque duela, que una mentira. Si no quiero volver a ver a alguien, por lo que sea… se lo digo (con educación, evidentemente) pero no desaparezco.
Soy una persona legal y no me gusta jugar con nadie. Mucho menos que jueguen conmigo.
Por eso entiendo aún menos este tipo de comportamientos.
Nos quejamos siempre de que la gente es más egoísta, falsa, controladora, manipuladora… de todo.
Pero luego nos encontramos a personas que no son así, y somos nosotros los cretinos.
Y así vamos, gente resentida por el mundo. Haciéndonos daño los unos a los otros.
Afortunadamente esto me pasa una vez entre un millón de los que me tiro (y los que me quedan) la gran mayoría son geniales. Pero no deja de ser decepcionante, que aún haya gente que actúe así. Lo mio se me pasará, pero lo suyo no.