Hola guapa,
No sabes cómo te comprendo. Yo tuve 2 embarazos así, no esperaba que el segundo fuera igual pero fue incluso peor. Hiperémesis gravídica se llama. Vomitaba más de 10 veces diarias, muchos días incluso mucho más. Perdí 11 kilos en el primero y 9 en el segundo. En el segundo estuve 4 días ingresada, con suero y controlandome cómo toleraba las comidas y cuánto Vomitaba. Llegué a decirle a la ginecóloga que o me daba algo o abortaba (y era un hijo muy deseado pero no podía soportarlo más, encima estaba criando a un hijo de 3 años y no podía descansar como en el primer embarazo). Nada me funcionaba, ni Cariban, ni un jarabe que me recetaron, ni unas pastillas de jengibre, nada. Finalmente me recetaron Zofran, unas pastillas que, según me dijeron, se utilizan para pacientes oncológicos para minimizar los vómitos causados por la quimioterapia. Aquello fue mano de santo, se redujeron los vómitos diarios en la mitad y yo sólo con eso ya era FELIZ. Pero no se recomendaba tomarlo más allá del segundo trimestre y me fui reduciendo la dosis poco a poco. Cuando lo dejé seguí vomitando pero ya unas 5 o 6 veces sólo al día, y para mi eso ya era gloria.
No te quiero desilusionar, sólo quiero que veas que no eres la única, que todos los sentimientos negativos que tengas son más que normales en una situación así. Pero tienes que ser fuerte porque te queda ya sólo la mitad. Y te aseguro que en el mismo momento que tu hijo nazca se acabó todo! Yo pensaba que seguiría durante unos días después del parto vomitando, porque pensaba que era algo que se iría de forma progresiva, pero no, de verdad, es salir el niño y se corta de forma radical. Y pasado algún año hasta tienes ganas de tener más embarazos jaja. A mi aún me quedan ganas de un tercero y eso que sé con total seguridad que sería otro embarazo horrible, pero sé que son 9 meses duros y se pasa.
Además el consuelo que yo tenía es que mis hijos no sufrían en absoluto, de hecho tuve 2 niños preciosos, uno de 3,800 kgs y otro de 4,200.
Yo en mi caso llegué tan agotada física y psicológicamente al parto que no tuve la fuerza necesaria para afrontar la lactancia y fracasé dándole pecho a mis hijos, pasadas unas semanas me rendí y me pasé al biberón, en los 2 casos, pero lo intenté. Mi consejo es que intentes dar pecho porque es lo mejor para tu hijo, pero si no lo logras no te obsesiones, embarazos como los nuestros son muy duros y la lactancia exige de mucha fortaleza. Así que si no lo logras no te obsesiones, piensa que tu bienestar es lo principal para cuidar de tu hijo.