Pero siempre soy la tonta que los hace. Y la que contesta siempre en la oficina a los chats a la primera para apagar fuegos, y la que siempre hace caso a los mensajes que suenan en Whatsapp y la que coge el móvil a las amigas borrachas a las tres de la mañana para impedir que llamen a sus exs y la caguen, esa soy yo.
Eso sí, que no sea yo la que está en llamas, que ya puedo buscar un extintor, porque ni llamando a los bomberos consigo nada. Me meto en un bucle de estrés emocional y mental, porque no sé cómo gestionar el hecho de necesitar ayuda de nadie
Puede que sea el miedo al rechazo o a no ser escuchada, vamos que no me hagan caso, el miedo, la autoestima. La culpa va a ser de mis padres que siempre me han educado para ser autosuficiente e independiente y un problema de autoexigencia y de mis genes o mi carácter o lo que sea, que voy sobrada de autoestima.
No creo que sea un problema de exceso de orgullo o de falta de responsabilidad, ni voy sobrada de una cosa, ni escasa de la otra, pero no me sale. Y si lo pienso y le doy vueltas todavía es peor, porque el grano de arena acaba pareciendo el desierto más grande del mundo.
Ser valiente es el paso para pedir favores y yo de eso tengo poco creo, así me va. La que siempre está ahí para todos y se las apaña sola cuando está jodida. Y lo peor es que cuando me toca pedir favores a terceros me cuesta menos, soy medio gilipollas desde luego.
Con la facilidad que tiene la gente para pedir cosas, no necesarias, ni importantes, sino tontunas. Lo que más me cabrea es cuando lo comento con alguien muy cercano y me dicen, pues aprende a pedirla, vale y como se hace eso, hay tutoriales on line con prácticas?