Me pasa que cuando mantengo relaciones sexuales con algún chico me siento en la obligación de complacerle. O sea, me preocupo por mi placer pero una vez lo obtengo no dudo en hacer posturas que no me gustan o que incluso me duelen para hacer todo lo posible para que él disfrute y/o llegue al orgasmo. Es como que si no llega, pienso que no soy demasiado buena en la cama o que no le pongo demasiado.
Hay ciertas prácticas que a mí no me llaman la atención y que nunca he hecho porque me hacen sentir denigrada pero si sé que a mi pareja le gusta o le apetece me siento culpable o sosa por no practicarlo y siento miedo de que me deje…
¿Esto suele ser habitual?, ¿os pasa a alguna?.
Gracias por vuestras respuestas.