Desde que nació mi hijo, toda mi familia ha mostrado sus cartas, ¡y qué cartas! Por el lado de mi madre, me siguen tratando como a una cría y tengo 33 años. Intentan imponerme su criterio y apenas he hecho lo que yo he considerado mejor, me han dado la espalda. No os creáis que son cosas locas: no querer recibir visitas las dos primeras semanas, advertir a mi madre contra ciertos abusos económicos de una de sus hermanas, que luego siempre anda de prestado pero lleva un tren de vida de ministra… Con todo lo que entre todas se critican por la espalda y viven a su manera (ninguna muy normal que digamos), en cuanto yo he querido hacer las cosas a la mía y comentado algo, me han dejado de hablar. Eso del castigo por silencio lo llevo viviendo desde que tengo uso de razón por ese lado. Ahí no pierdo mucho porque todo el mundo pone verde a todo el mundo, de cara a la galería hacen de familia unida. Un postureo insano tremendo.
Por el otro lado, el de mi padre, he flipado más. Su nueva pareja no deja de malmeter contra mí y ponerle entre la espada y la pared. Su queja es que yo no quiero integrarla en mi vida solo porque no le invité a la ecografía 5D y a mi padre sí. Desde ahí, ni la enhorabuena por el nacimiento. Hasta ahora, yo iba y quedaba con ellos a cenar, les he llevado en mi coche de vacaciones y cuando he veraneado en la playa, me han visitado. Ahora que mi vida es otra, que no le vengo tan bien, solo hace ponerme faltas y mi padre consentirlo y priorizarla.
La cuestión es que después del parto tuve depresión y con este contexto no acabo de salir. Mi cabeza sabe que es mejor sola que mal acompañada, pero mi corazón está roto y dolido. Creo que he permitido mucho tiempo ser usada solo por no estar «sin familia» y ahora que quiero elegir criar a mi hija de una forma más sana y lejos de estos dramas, siento un rechazo brutal por esa familia que yo había idealizado un poco y en la que siempre me he sentido rara, pero inferior.
Estoy en terapia, pero no avanzo mucho. Tengo días y días, pero la ansiedad me acompaña en general. Mi hijo me da mucha alegría, pero tengo miedo de pasarle este estado o transmitir cosas malas desde la cuna, como hicieron conmigo. Amigas tampoco tengo demasiadas. Últimamente pienso mucho que todo el mundo solo se mueve por el interés y que nadie quiere a nadie y ese pensamiento me hace daño, me lleva a no querer relacionarme más y entró en el bucle de negatividad.
Muchas gracias por leerme. Si hay más mamás así me gustaría saber vuestra experiencia. Y saber si prácticamente sola se puede vivir bien. Mi pareja sí está pero también tiene sus problemas familiares y no quiero cargarle con estos.