Había un momento que ya no le estaba escuchando. Solo miraba entusiasmada como se movía su boca. No tenía una boca grande, ni unos dientes perfectos pero era perfecta tal y como era. Era más bien pequeña, con unos labios finos disimulados en su perfecta barba. Tenía los dientes bien colocados, pequeños y con la separación en las paletas que hacía que se me mojasen las braguitas. Al hablar mueve mucho la lengua y yo solo me la imaginaba dentro de mi boca o quizá más abajo… Él seguía hablando sobre el equipo y el deporte, cosas que, en ese momento, no me importaban una mierda porque sólo pensaba en comerle la boca. Seguí bajando la mirada y pasé por su cuello, también quise lamerlo, se le asomaban unos pelitos del pecho por el cuello de la camiseta que me recordaban a su pecho desnudo y lo mucho que me gustaba que me apretujara contra él. Continué bajando recorriendo su cuerpo con la mirada, no me cortaba ni un pelo, me encanta su cuerpo… No está fibradísimo ni tiene un cuerpo atlético pero me encanta así, tiene una espalda ancha de haber hecho natación durante muchísimos años y unas piernas fuertes también de ser deportista durante tantos años, también tiene barriguita pero me encanta. Acabé clavando la mirada en su paquete, el bulto que observaba me hacía pensar en todas las cosas perversas que quería hacerle a lo que había debajo. Me mordí el labio inferior y volví a la realidad. Él seguía hablándome sobre las cosas de nuestro deporte así que volví a introducirme en la conversación obviando que hacía unos instantes yo solo pensaba en comerle enterito.
Siguió hablandome de no sé qué y miró la hora, se tenía que ir así que se despidió con la mano y se fue hacia su coche. Observaba cómo se marchaba y lo seguía con la mirada pensando lo bueno que estaba y las ganas que tenía de que volviera a empotrarme… ¿Cómo me puede poner cachonda solo hablándome de temas tan banales?