Reproducimos un testimonio que nos llega a [email protected]
Me encanta mi trabajo y me costó mucho conseguirlo. Yo estudié periodismo y si habéis pasado por ahí sabréis que es casi imposible trabajar de ello. Desde que me gradué he hecho de todo por conseguir dedicarme a lo mío: escribo mi propio blog, tengo un máster, echo currículums como una loca y hago trabajillos de freelance de vez en cuando. Pero no ha sido hasta principios de este año que he conseguido una oferta de trabajo “formal”.
Estoy en una agencia de comunicación pequeñita, cobrando lo justo, currando de más y feliz como una perdiz. Considero que hago un trabajo estupendo y mi jefe también, pero a pesar de ello, asegura que no me pueden subir el sueldo porque “estamos bajo mínimos”. Mis amigos me dicen que estoy tonta y que cobraría más dedicándome a cualquier otra cosa. Pero yo no quiero trabajar de algo para lo que no me he formado. Esa era mi excusa, ¿pero y ahora?
El otro día me contactó una empresa por LinkedIn. Es relativamente grande, ofrecían un salario bastante mejor que el que tengo y mi perfil encajaba mucho en lo que estaban buscando. Así que hice la entrevista online, luego la presencial y finalmente me dijeron que era la persona que estaban buscando.
Primero solté un chillido de alegría, pero enseguida me entraron los sudores fríos. Pensé en si me gustaría tanto como mi trabajo actual, si me adaptaría bien y, sobre todo, en cómo decírselo a mi jefe. Le adoro y sé que va muy justo de personal, y más en estos momentos en los que hay tanta faena. Sería una putada dejarle tirado de la noche a la mañana, ya que además la nueva empresa me pedía incorporación inmediata.
Con un nudo en el estómago, envié un correo diciendo que no podía aceptar la vacante. Yo estoy bastante contenta con mi decisión. No todo es el dinero, y el ambiente y el curro que estoy sacando me satisfacen mucho más de lo que posiblemente lo haría ese trabajo. Pero el otro día se lo conté a mis amigos y me pusieron de vuelta y media, tanto que hasta me hicieron dudar. ¿Soy de esas tontas que se creen que van a heredar la empresa o de verdad estoy siguiendo a mi corazón? Os leo.