Pues yo no decidí ser gorda. Desde que era bien pequeña he sido gorda, tanto que mi madre nunca comentó a mi pediatra que me podia pasar dias enteros con un yogur, -«no me iba a creer! Con esas lorcitas tan bonitas que tenias!- yo veia que mis primos comían nocilla siempre que querían y a mi me la racionaban a una vez por semana por que «no me hacia falta». Estar gorda me ha llevado a tener problemas de ansiedad, trastornos alimenticios, y muuuchos problemas para encontrar ropa que me gustase. Llegue a un punto en mi vida en el que tuve que decidir si ponerme a dieta o ser feliz. Decidi ser feliz ya que para mi, y supongo que hay mas como yo, no es una cuestion de ponerse dieta, perder el peso que «sobra» y luego mantenerlo. Supone estar a dieta el resto de mi vida, la de las 1.500 calorías. Y que queréis que os diga, paso de morirme de hambre, por que vivir asi es vivir muerta de hambre. No digo que ni me cuide, ni haga deporte, ni este sana, los análisis anuales que me hace mi medico así lo demuestran. Estoy lozana, soy grande y no decidi ser gorda, La sociedad decidió que mi figura de cuadro de Rubens no es la adecuada.
En fin, hemos de tener cuidado con los juicios de valor que hacemos. Estar gorda o no, tiene muchos factores a tener en cuenta como para decir que es opción de cada uno.