Tengo la necesidad de escribir esto… Hace años que os leo, esto fue lo primero que encontré como adolescente gorda que no me dijera que daba asco. Y literalmente me salvó la vida, empecé a leer a informarme sobre todos estos temas (hasta el punto que hace una semana hice el papeleo para doctorarme sobre cultura de la dieta y feminismo!). Así que aunque en muchas cosas no estoy de acuerdo con las líneas generales de la página, siento una conexión emocional importante con la página, con las personas que la integran, el foro…
Por eso hace tiempo que leer el foro me pone muy triste. Es cierto que en temas de autoestima hay máximo apoyo entre nosotras, pero en temas de sexo, amor, amistad y cosas así he visto muchos muchos patinazos. A veces parece que ya no es una comunidad para ayudarse entre nosotras (porque algunos temas no los podemos comentar ni a nuestras amigas). Sino para destripar, juzgar, criticar e insultar a la que expone algo, incluso cosas personales, delicadas y complejas. He visto una falta de empatía brutal, malas formas, descargas de rencor, mala leche, quererse sentir superior a las demás. Y el problema es que no son pocas personas. Obviamente también hay personas geniales que contestan asertivamente, con madurez y respeto.
La gente viene pidiendo ayuda, porque es una persona con problemas reales, que sufre y que generalmente no tiene mala atención. No se esta exponiendo para que nadie se sienta moralmente superior gracias a su problema, ni a que descargue su mierda, ni a que ventile su problema en dos segundos minimizándolo y pensando que ella lo haría mucho mejor en la vida. Muchisimo menos a ser insultada y juzgada.
Entiendo que nos han educado para ser competitivas entre nosotras, a tratarnos mal inconscientemente. Pero si se forma una comunidad feminista es para deconstruirse, no para despellejarse unas a otras. No se trata de estar de acuerdo con todo el mundo, ni de decir que si a todo (porque si se pregunta de hecho es para que te digan puntos de vista diferentes)
Pero creo que hay que partir de tres cosas básicas: Nuestra opinión no es universal, las situaciones de las personas son complejas y somos desconocidas, no mejores amigas que se conocen a la perfección. De ahí que no podamos emitir sentencias tajantes y mucho menos si son agresivas. Hay que saber distinguir entre dar una opinión (ej; creo que no estas actuando bien porque x/desde mi punto de vista…) y entre juzgar/criticar/creernos mejores (ej: eres mala/guarra/egocéntrica/pesada/tóxica, “no quieres a tu novio”, “hazle un favor, dejale”).
Partamos del hecho que todas necesitamos ayuda, que todas estamos perdidas, de que solemos tener buenas intenciones pero a veces nos equivocamos. Contestemos para ayudar, no para sentirnos mejor con nosotras mismas. Practiquemos las sororidad.