Lo peor es que no ha sido él el que me lo ha dicho, sino por amigos comunes. Se trata de un compañero de trabajo del que estoy pilladísima y con el que me llevo acostando unos meses. Me enteré como al segundo mes, y yo ya estaba hasta las trancas. ME enfado cada día conmigo misma por no hacerle frente, decirle algo, dejarle, pero no soy capaz.
Tenemos el mejor sexo que he tenido en mi vida. Me da miedo no volver a tener algo así nunca más. Pero a la vez me atormenta esta situación.