Estoy hasta la pepitilla de mis amigos, de verdad os lo digo.
Los conocí en la universidad estudiando periodismo en el año 2012. Desde entonces estamos todos aquí viviendo, yo cuando acabé la universidad y encontré curro aquí pues me empadroné aquí, como se supone que hay que hacer. Porque tío, si yo trabajo aquí, duermo aquí, si me pasa algo voy al centro de salud de aquí, pues tendré que estar censada aquí, no?!
Pues de mi grupo soy la única y somos OCHO. Todas las cervezas que nos tomamos acaban siempre girando en torno a Ayuso, Pablo Iglesias y Errejón. Que si ojalá gane la izquierda, que si yo prefiero que siga la derecha, que ojalá poder votar a X partido.
El otro día se me hincharon los ovarios ante justo ese comentario que habéis leído, ES QUE PUEDES VOTAR. Si estuvieras empadronado donde vives pues podías votar a quién quieres que gobierne la ciudad en la que vives. Pero no, ahí están votando a las alcaldesas de sus pueblos los cuales solo pisan en Navidad y verano (y si eso).
¿Es normal que me toquen las narices o soy una exagerada, tío?
Es que mucho piquipiqui de periodistas, de dar ejemplo, de ir de listillos y luego mira lo que ponemos en práctica.