Hola queridas, llevo dos meses atrapada en una situación que no me permite avanzar en mi vida, y necesito vuestro consejo. Os cuento: llevo 18 años con mi pareja, tenemos dos hijos. Él es 16 años mayor que yo (tiene 58, yo 42). Siempre le he considerado una buena persona, además es un hombre inteligente y muy atractivo. Pero también tiene sus defectos: es una persona que vive al día, no piensa en el futuro, nunca ha ahorrado y su situación laboral es muy inestable.
Además tiene un problema con el alcohol (bebe mucho, aunque nunca le he visto borracho) y a menudo siento que el cuidado de los niños y las responsabilidades de la casa caen fundamentalmente sobre mí, a pesar de que también trabajo. Estas circunstancias se han convertido en el motivo de discusiones, reproches y desencuentros a lo largo de los años, que han acabado haciendo mella en nuestra relación.
Tras la pandemia, él llevaba casi dos años sin trabajar apenas, y le surgió una oportunidad de coger un trabajo muy bien remunerado en otra comunidad durante un periodo de ocho meses. Le animé a aceptarlo, aunque él en principio no quería hacerlo (obviamente todo el peso económico de la familia estaba cayendo en mí en ese momento), y finalmente aceptó y se fue. Le ayudé a encontrar una casa allí, y la idea era ir a verle nosotros y estar con él en esa casa los fines de semana que él no pudiese regresar.
Bien, durante estos meses finalmente nos hemos visto muy poco, y cuando nos veíamos todo eran discusiones (por mi parte los problemas de siempre y por la suya además había más predisposición al desencuentro), de manera que me planteé muy seriamente dejar la relación. Tras los ocho meses, y ya de vuelta en casa, noté que su problema con el alcohol había aumentado, su actitud era errática y me evitaba constantemente. Empecé a sospechar y no me fue nada difícil descubrir una infidelidad que había cometido durante ese tiempo, que luego se convirtieron en dos y un montón de otras gilipolleces con otras tías. Una de las chicas con las que me había sido infiel tenía sólo 25 años, con la otra (de mi edad) aún mantenía la relación.
Cabe decir que no me enteré porque él me lo dijo, sino que lo descubrí de otra manera. Al principio negaba algunas cosas y reconocía otras, pero, en general, me dijo muchas mentiras, que luego se fueron cayendo una a una. Finalmente, tras mucho hablar (todo fue muy civilizado, la verdad) me dijo que el problema era que ya no me quería, que hacía tiempo que sentía que yo tampoco le quería a él, que los dos merecíamos vivir nuestras vidas y ser felices y que él quería seguir viendo a otras personas. Después de esto -obviamente- le pedí que se fuera de casa. Se marchó (con la otra chica) y al cabo de dos días me escribió y me dijo que había acabado esa relación y que quería volver conmigo. También me dijo que había decidido dejar de beber.
Mi estado mental en ese momento era de intentar procesar todo lo que estaba pasando, estaba muy confundida, la verdad. Le dije que no quería que volviese a casa y entonces se fue a casa de un amigo durante un tiempo, aunque venía a casa a menudo para estar con los niños. Pasaron unas semanas y no paramos de hablar y hablar, hablamos como nunca lo habíamos hecho, y descubrimos que habíamos estado muy incomunicados durante muchos años. Tras todo ese proceso, decidimos que de momento reanudaríamos la convivencia por el bien de los niños (la mayor, de 15 años, estaba al corriente de todo lo que había pasado, y lo estaba pasando mal). Entonces nos empezamos a reencontrar, empezamos a tener sexo como hacía muchos años que no teníamos (cabe decir que desde que se había ido fuera no habíamos hecho el amor) y entre todo este follón, ya han pasado dos meses.
En este tiempo él no ha vuelto a probar el alcohol, se desvive por sus hijos y asume casi todas las responsabilidades de la casa (él no está trabajando, yo si). Sin duda está tratando de redimirse, pero yo sigo muy confundida, por un lado toda esta situación ha sido muy difícil y muy dura (no puedo describir el dolor que he llegado a sentir), pero también ha sido una manera de volvernos a reencontrar y de que nuestra relación vuelva a revivir. Por otro lado, mi autoestima está por los suelos y he perdido la confianza en él. Además, antes de todo esto yo también estaba pensando en dejar la relación. He decidido (creo) perdonarle, pero me falta que él me pida perdón de forma sincera.
Yo nunca he sido nada romántica (uno de los problemas de nuestra relación), pero de repente siento que necesito un acto sincero y simbólico por su parte de pedir perdón (aunque sea un mísero ramo de flores) y necesito que me diga que me quiere (lo último que me dijo era que no me quería) y que no va a volver a pasar, para poder avanzar con el perdón y con la relación, si al final continúa. Por supuesto, hemos hablado y le he dicho todo esto, pero su respuesta ha sido que él siente que ha perdido toda su credibilidad conmigo, que se siente como un hipócrita y que necesita tiempo.
En definitiva, estoy hecha un lío ¿qué hariais vosotras? ¿alguien ha pasado por una situación parecida? Os agradezco mucho vuestra lectura y consejos.