Deshazte de la presión social de una vez. Es obvio que ahora mismo sería una elección de mierda, sin cabeza. Ten el valor de hacerte caso a ti y no a los demás. Cuando vaya pasando el tiempo, y vayas logrando tus metas o encauzando tu camino, en lugar de planteartelo por edad, te darás cuenta de si tus sensaciones han cambiado o no. Y si no han cambiado, ¡no lo tengas!
Mi madre me tuvo con 40. Yo tengo 38 y cuando decidí que no quería ser madre, empecé a vivir más tranquila conmigo misma.
Que tienes 30 y pocos, por Dios.