Estoy muy frustrada porque parecía que por fin conocía a un tío que merecía la pena, y creo que va de camino a ser otro fracaso.
Nos conocimos por Tinder hace unos meses, hemos quedado dos veces en persona, la segunda fue de prácticamente todo el día juntos hasta el día siguiente, con sexo incluido. Nos gustamos, hay muy buena conexión y surgió naturalmente. No tuvimos que forzar nada.
Desde aquella vez que quedamos el nivel ha dado un bajonazo. Recuerdo que al principio me hablaba casi 24/7, lo que para algunos puede ser molesto, era de mis cosas favoritas. Me daba mucha seguridad, porque me transmitía interés y esa sensación de que no tenía que estar yendo detrás de él para que se acordara de que existo (lo que por desgracia acaba siendo algo común). Últimamente tengo suerte si me escribe una vez o dos cada día o cada dos días. Y yo para no ser pesada no le he estado atosigando. Una además intenta mantenerse fría y pensar que somos adultos, con nuestros trabajos, nuestros horarios y nuestras movidas, que no significa que ya no haya interés… Pero no puedo más con eso. Yo no creo en el estar «demasiado ocupado»; cuando de verdad te interesa alguien, siempre sacas tiempo, no excusas.
Lo hablé con él y dice que genuinamente puede estar simplemente trabajando, con algún videojuego, que tiene el móvil cargando o haciendo cualquier cosa con la que se distrae, que no lo hace a malas. Y seré yo o mis traumas, pero no me lo creo. Encuentro una solución a cada excusa, empezando por eso de que nunca se está demasiado ocupado si de verdad te interesa alguien.
Dijo que está como rayado desde la última vez que tuvimos sexo, porque era virgen antes (yo lo sabía. No sé si es relevante pero por si acaso lo digo, y no es un crío, tenemos 28 y él 30), y que siente que pasó de 0 a 100 en una sola noche y sigue como «asimilandolo», y que por eso se ha alejado un poco del tema íntimo y ha pasado de actuar como follamigo a solo amigo, pero que no descarta que se repita más adelante. Yo no quiero ser paranoica pero me siento un poco en el banquillo. Ahora siempre me está diciendo que está ocupado, que tiene planes con su familia, que «ya quedaremos» si le expreso abiertamente que él me gusta y me gustaría seguir quedando y haciendo lo que surja, y no concreta nada. Sigue presente en mi día a día por whatsapp pero no propone planes, no veo el mismo esfuerzo que yo he dado (le he propuesto planes futuros de hobbies que le gustan aunque a mi no tanto, siempre estoy dando ideas y mostrando interés y no veo lo mismo). Soy la primera que disfruta mucho proponiendo y preparando planes, a solas o con gente, pero es frustrante cuando es con alguien, pero unilateral. Por eso digo que me siento un poco en el banquillo, como esperando que me confirme en un mes o a saber cuándo otra quedada solo cuando a él le de la gana y ya no tenga planes, como si yo fuera la última opción o el sustituto cuando no tenga nada mejor.
Estoy por decirle que o espabila y cambia y empieza a hacer cosas por mi activamente en vez de solo decirlas y dejarlas en el aire, o me voy.