Un chico con discapacidad intelectual me acosó sexualmente y nadie le dio importancia

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    Loversizers on #941618

    Reproducimos un testimonio que nos llega a [email protected]

     

    Un chico con discapacidad intelectual me acosó sexualmente y nadie le dio importancia

     

    Esto me pasó de adolescente pero a día de hoy me sigue tocando la moral. 

    Cuando yo tenía 16 años, pasé el verano en mi pueblo. Normalmente nos íbamos fuera, pero ese verano yo quería quedarme con mis amigos del instituto y convencí a mis padres para quedarnos. 

    En el pueblo había un chico, por llamarlo de alguna manera, que tenía discapacidad mental.  Digo chico, porque se le trataba como si lo fuera, pero tenía 38 años. Vamos a llamarle Josito. 

    Todo el mundo conocía a Josito. Era un chico que siempre iba con gorra, comiendo pipas y acercándose a hablar con la gente aunque no la conociera. Te venía de repente y te hablaba de algo que se había comprado, de su padre o de su perro, luego se iba por donde había venido y todos tan tranquilos.  

    Yo siempre fui amable con él, me parecía un buen chico que se sentía solo, y por eso mismo, le tenía mucha paciencia. 

    Supongo que como era simpática y le trataba bien, empezó a cogerme cariño. Algunas veces aparecía en los parques donde había quedado con mis amigos, me esperaba a la salida del instituto o me lo encontraba casualmente por la calle. 

    A lo largo del verano era raro el día que no me lo encontrase y se me acercase a hablar, yo le preguntaba qué hacía aquí, charlábamos un rato y me iba. Pero la situación cada vez me molestaba más y me daba la sensación de que me estaba siguiendo. 

    Se lo comenté a mi madre, que le quitó importancia y me recordó que él tiene un problema. Le dije que ya lo sabía pero que aun así, yo me estaba sintiendo acosada y que me daba miedo que un día se le fuera la olla. Mi madre me dijo que era completamente inofensivo, que conocía a su madre de toda la vida y que nunca había dado ningún disgusto. Me cabreó que no le pareciera serio, pero no le di más vueltas. 

    Una noche en las fiestas del pueblo yo estaba con un chico, mi rollete de aquel entonces, nos fuimos al campo de futbol  a enrollarnos y de camino, apareció Josito. Empezó a preguntar casi gritando que dónde íbamos y que si éramos novios. Yo le expliqué que sí que éramos novios y que nos íbamos a la fiesta, que por favor nos dejase en paz, pero él se enfadó y dijo que no podíamos ir a la fiesta, que iba a avisar a mi madre y que yo era muy pequeña para tener ese novio. 

    El chico con el que estaba, cada vez se estaba calentando más y me temí que acabase mal, así que para que Josito dejase de gritar, nos separamos. Le pedí al chico que me esperase en uno de los bares y me ofrecí a acompañar a Josito a su casa. 

    De camino a su casa, no paraba de decirme que yo no podía tener novio, que era muy pequeña y que era peligroso, yo le decía que gracias pero que no pasaba nada. Después empezó a decirme que él debería ser mi novio, que él era mayor y que entonces podía cuidarme, pero que el otro no. Le dije que yo no quería ser su novia, que yo ya tenía novio y que si seguía molestándome, se iría hasta casa solo.

    Eso le dolió y me pidió sentarnos en un banco. Nos sentamos un rato y a la que pudo, me cogió la mano y se la puso encima del pene. La quité rápidamente y le grité, le dije que eso no se hacía, que estaba muy enfadada y que ya no iba a acompañarle a casa. Me cogió para abrazarme y me inmovilizó mientras me pedía perdón y me intentaba dar besos. Yo grité pidiendo ayuda pero no había nadie por la zona, así que a la que pude le di un golpe y me fui corriendo. 

    Pasé mucho miedo. Me reuní en el bar con el chico con el que había quedado y le conté lo que había pasado. Se enfadó muchísimo y dijo de ir a buscarlo para partirle la cara, pero yo solo quería digerir todo aquello y ya si eso al día siguiente, tomar medidas.

    Me fui a mi casa y me acosté. Al día siguiente hablé con mi madre y se lo conté todo. Ella me dijo que le sabía fatal que me hubiera pasado eso, pero que el pobre no sabe lo que está bien y lo que está mal. Entré en cólera y le exigí llamar a su madre, que se plantó en casa con Josito para pedirnos disculpas. Pero es que yo no quería unas disculpas, yo quería justicia. 

    Tanto mi madre como la madre de Josito opinaban que yo estaba exagerando y que era muy feo por mi parte tratar así a alguien con discapacidad. Discutimos un buen rato y finalmente amenacé con llamar a la policía si volvía a verle cerca de mí. 

    A mi madre le pareció fatal y luego subió a regañarme. Me dijo que ahora todo el pueblo iba a pensar mal de mí y que era una creída sin empatía. 

    Pues para mi desgracia, resultó que mi madre tenía razón. La historia se extendió por el pueblo y en general, para la mayoría de gente, aunque compartían que lo que hizo Josito estuvo mal, se iba diciendo por ahí que yo era lo peor y que tenía los humos muy subidos. 

    Estuve mucho tiempo muy enfadada con la gente del pueblo. Evidentemente entendía la situación de Josito, pero lo que me hizo fue una agresión y exceptuando a mi novio, nadie lo veía grave. Me sentí completamente desamparada, sobre todo por mi madre. 

    Han pasado muchos años de eso pero cada vez que lo pienso siento mucha rabia. Creo que debería haber habido algún tipo de consecuencia para Josito y que desde la primera vez que dije que no me sentía segura, se me debería haber escuchado. 

    No quiero parecer frívola, pero una discapacidad no te exime de tus actos y en mi caso, sus actos me generaron un trauma que luego tuve que trabajar en terapia para superar. 

     


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    C
    Invitado
    C on #941633

    Hola corazón.

    Tienes todo mi apoyo. No sé si esto servirá para mitigar esa rabia (completamente justificada) que sientes, pero de verdad, si sirve de algo, te muestro mi apoyo absoluto. Yo también creo que lo que ocurrió fue muy grave, y que tenías todo el derecho a estar enfadada y a exigir responsabilidades, y que la gente de tu pueblo y tu familia se lo tomó a la ligera. Desde un punto de vista penal, en general las personas con discapacidad no son imputables y no se hubiera podido hacer mucho, aunque existen algunas medidas de seguridad que sí se podrían haber aplicado, y alguna forma de reparación podrías haber obtenido. Aunque esta respuesta habría que matizarla porque dependería de su grado de inteligencia. Aunque ignoro tu edad y no sé cuándo te ocurrió esto, por lo que quizás han pasado ya muchos años y esto ya no es una opción.

    Yo creo sinceramente que tienes toda la razón del mundo, ese tipo de conductas son intolerables y tú no tendrías por qué haber dejado pasar ese atentado contra tu libertad sexual. Este tipo de situaciones se dan bastante y la gente les resta importancia, pero en mi opinión independientemente de su discapacidad creo que sí sabía diferenciar el bien y el mal, y sabía que tú estabas sufriendo y no querías que siguiera. Siento mucho lo que te pasó y te mando muchos ánimos. No dejes que esto te defina, sigue yendo a terapia, eres muy valiente!

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    Eva
    Invitado
    Eva on #941645

    De frívola, nada. Y tienes toda la razón para sentir rabia sobre todo por la gente que disculpa a Josito y a otros hombres que nos agreden porque «pobrecitos». Pobrecitos,los cojones.

    Hace casi 20 años yo trabajé de interina en un órgano público de un pueblo y casi todos los días iba un hombre de unos cuarenta y pico con discapacidad intelectual (inteligencia de un niño de cinco años) a estar por ahí, a saludar y tal. No iba a hacer ninguna gestión ni como usuario.

    El problema es que con el rollo del «pobrecito, está malito» se ve que nunca le han puesto límites y todo se le disculpa. Porque tú a un niño de cinco años, si dice o hace algo malo, lo reprendes y lo corriges (desde el cariño) pero a ese no le tosía nadie porque «pobrecito». Y eso no puede ser.

    Pues bien, se ve que Josito, que solía desconfiar de la gente nueva y gritar e insultar a quien se le atravesara, me cogió ojeriza (yo siempre había sido amable con él) y era venir al sitio, verme y empezar a gritarme e insultarme. Unos «compañeros» llegaron a reírle la gracia y yo, cabreada como una mona más con ellos que ci
    On el otro. Fui a quejarme a un superior para decirle que le dijeran a este chico que si no se comportaba y se iba a liar a insultar que no lo dejaran entrar (ya digo que venía por venir, a echar el rato y se iba), que yo no tenía necesidad. Además, supe que agredió a uno que estuvo antes que yo. Que de mente tendrá cinco años pero daba hostias como uno de 40 y de eso, por lo menos, me libré.

    ¿Qué me dijo el superior? Efectivamente, que pobrecito. Lo mío no fue de índole sexual ni mi madre se puso de su parte (entiendo tu dolor) pero,igualmente, disculpaban y justificaban al otro por su discapacidad y le reían las gracias.

    Yo creo que deberías hablar con tu madre por cómo te sientes por su reacción aquel día para ayudarte a sanar un poco.

    Un abrazo

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    Carolina
    Invitado
    Carolina on #941664

    Hola, como estas, espero que bien, se nota de lejos que lo que viviste fue injusto, lo ideal sería que pudieras conversarlo con un profesional no tanto para que te diga si tienes o no razon, si no para que puedas manejar esa frustracion que llevas, irlo superando de a poco, está bien conversarlo con otras personas, pero falta gestionar ese sentimiento que te produce al recordarlo, en un foro te van a apoyar porque claramente fue una injusticia, pero mas alla del consuelo que puedas encontrar lo ideal seria hablarlo con un prpfesional, y por otro lado refiriendome a ese tipo de conductas, existe algo llamado premeditacion, si él se arrepintió de lo que hizo y pidió perdón es porque sabía que algo no estaba bien, asi que tan inocenton no era, cualquier persona que actua con premeditacion sabe de antemano lo que está haciendo.

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    A
    Invitado
    A on #948968

    Hay un dicho muy famoso que dice: «a todos los tontos le da por lo mismo».
    Y es verdad, ese tipo de persona como Josito tienen mucho instinto sexual no saben o no pueden reprimirlo y cuando ven mujeres, normalmente chicas jóvenes, se ponen como «animales», en el sentido que no razonan.
    En mi pueblo había uno así y efectivamente cuando veía chicas se acercaba a ellas y a todas les daba abrazos y si podía te daba también besos por la cara, la gente como estaba mal no le daba importancia pero eso evidentemente es desagradable para la chica que no quiere y como está mal el chico pues tienes que hacerlo porque si no eres mala.
    Y la verdad es que a mí me provocaba asco y miedo, porque no sabes por dónde te va a salir y encima si se sobrepasa la culpa la tienes tú, deplorable.
    Así que te entiendo perfectamente.

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    Mel
    Invitado
    Mel on #948971

    Es una putada cuando un síndrome o una especificidad da licencia a todo.
    Durante unos años fui monitora de campamentos donde habían niños de todo tipo y era increíble como algunos llegaban que ni se lavaban el pelo con 12 años y te EXIGÍAN a ti hacérselo. A los 3 días de campamento espabilaban que daba gusto porque nadie los trataba de «pobres niños discapacitados» y las normas para todos eran las mismas. Pero lamentablemente no es lo habitual.

    Como a día de hoy ya no hay forma de tener la justicia que llevas años necesitando, intenta tratarlo con algún/a profesional.

    Saludos

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    Nora
    Invitado
    Nora on #949086

    Hola, no no exagerado en nada, lo primero una persona con discapacidad intelectual grave debería ir acompañado de otro adulto, nunca se sabe lo que puede hacer, puede ser muy bueno e inocente pero como te dejo claro tú madre no entiende entre lo q esta bien o mal. Hiciste bien en decirles q si seguía así q llamabas a la policía. La culpa no fue tuya y yo diría q tampoco de él sino de las personas que estaban a su cargo.

    Responder
    Luzz
    Invitado
    Luzz on #949468

    Cuando yo era pequeña vivía en una urba cerrada con muchos niños. Unos de ellos tenían un primo mayor que a veces les visitaba, y yo dejé de bajar a jugar porque siempre me perseguía para besarme y a mí no me gustaba (aparte de que yo tendría como 10 años y esas cosas me daban asco, no por él). Una vez de las que yo estaba jugando en los columpios, que en aquella época eran de metal, apareció y vino hacia mí. Yo no supe reaccionar y le empujé, con la mala suerte de que se cayó de espaldas contra los columpios y se arañó toda la espalda.

    Aún recuerdo lo que me dolió ver a todas las madres en corro regañándome y, entre ellas y sobre todo, a la mía. Todas sabían lo que pasaba y había pedido ayuda a mi madre varias veces pero nunca me hicieron caso. Después de aquello viví más situaciones de abuso (no por ese chico, que por suerte funcionó el empujón y no lo volví a ver) y nunca más me atreví a contar nada, y lo que es peor, a defenderme tampoco.

    Así que te entiendo muy bien y ojalá pudieras hablar con ella y quitarte esa espinita de dolor e injusticia, aunque sea después de tantos años.

    Responder
    Eva
    Invitado
    Eva on #949490

    Como te dice la compañera, debería ir acompañado
    No es la primera vez que se escucha que una persona así viola o agrede sexualmente
    Pero hasta que no ocurra algo ….
    Tengo una vecina que está tutelada por problemas graves sicológicos,cy la dejan sola en casa, y encima tienen gas( y ya amenazó con abrirlo)….y nadie hace nada
    Así va la sociedad hoy en día

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