Pues sí chicas, creo que he caído en la trampa del chico perfecto de Tinder. Yo, que pensaba que eso no me pasaría y aquí estoy. Pues hace un par de semanas conocí a un chico en Tinder, un pedazo vikingo guapísimo y que además parecía interesante y con la cabeza bien amueblada. Estuvimos unos días hablando y esta semana decidimos quedar. La cita fue muy bien, la conversación fluía y nos mirábamos con ganas. Él me decía que era un chico de relaciones serias, que si quedaba con una chica era porque le gustaba bastante y que además no le gustaban las pasotas. Yo le dije que me pasaba un poco lo mismo, así que todos contentos.
Le invité a casa para seguir hablando y así fue, él me dijo que se le estaba pasando el tiempo rapidísimo. Y nos besamos, y casi me muero allí mismo porque no podía creermelo. Y estuvimos así liandonos un rato, y me propone volver a vernos esa semana. Yo feliz de la vida de que hubiera ganas e iniciativa así que accedí. Se despidió de mi con un beso y allá que se fue con su Harley.
Pues ahora llega lo (in)esperado. Le hablo para saber si llegó bien y me dice que sí. Vale. Al día siguiente le enseño unas cosas de mi curro sin más, hablamos un rato y me dice que al final le surgió algo y no puede quedar el día que habia propuesto. Y ya me huele raro. Pero a la vez no entiendo porque se mostró muy insistente en seguir conociéndome y en ir con calma y en serio y que dejó de quedar con chicas si se mostraban pasotas o tardaban en responder a Whatsapp. Y pues no sé si hablarlo con él o dejarlo (no quiero ser pesada e intento no agobiar)