Hola!
Hoy me ha pasado una cosa tremenda y, después de mucho meditar, he decidido que debía compartirlo con más personas.
Tengo un cachorro muy juguetón y algo nervioso de casi 11 meses. Lleva en casa con nosotros (somos una pareja) desde que tiene tres. A partir del cuarto mes ya podíamos salir a la calle (recibió su cartilla de vacunación completa) y socializaba con otros perros, ya que tengo familia con animales y en mi barrio hay muchísimos perretes. En estos meses y, según el veterinario, el perro está bien en cuanto a energías pero por su raza y su edad a veces gruñe o se pone nervioso. Todas las mañanas suelo salir yo sola a sacarle a primera hora de la mañana, damos un bues paseo y jugamos… Lo único que no puedo soltarle estando yo sola porque no puedo correr y estamos aprendiendo las dinámicas de ir y volver.
Aquí vienen la chicha de esta historia: No hay un solo día en el que nadie se me acerque a darme pedagogía sobre como debo jugar con el perro. Hasta aquí todo correcto ya que muchas veces me encuentro con gente amabilísima que me dice como enseñaron a su perro a devolver la pelota o similares. No me molesta que la gente me ofrezca consejos pero hoy un tío se ha puesto a insultarme por tirar de la correa de mi perro. Soy pequeña del tamaño y desde que tuve covid hace unos meses me he quedado muy fatigada, tengo una fuerza normal tirando a baja, por lo que os podéis imaginar que mi forma de coger la correa no ha sido fuera de lo común.
Me he quedado bloqueada, sin saber qué decir. De hecho mi cachorro se ha puesto muy nervioso, no porque sus perretes estuvieran jugando sino por cómo se ha dirigido el hombre a mí. He tenido que sentarle y calmarle y aún así se ha vuelto a acercar a exigirme de muy malas formas que nos quitásemos del medio para que sus perros pudieran seguir jugando. No sin dejar de insultarme por lo bajo y gritando la mala relación que tengo con mi perro (se ve que en los treinta segundos que hemos estado allí, ha hecho un análisis exhaustivo de nuestra relación).
Me he ido como he podido. A punto de llorar (no suelo ser de lágrima fácil. De hecho me cuesta bastante). Cuando he llegado a casa he llamado a mi pareja para contárselo. Cuando vamos los dos con el perro o va él solo nunca nadie se acerca para enseñarnos cómo debemos educar al perro.
Me he sentido muy mal y muy inútil. E incluso me ha hecho dudar de cómo he actuado con mi perro.
Da también la casualidad que el hermano de mi novio tiene dos perras grandes. Cuando las saca él no hay problema, pero cuando es su novia quien las saca ha tenido una experiencia parecida a la mía, aunque no tan desagradable como ésta. He tenido perros media vida, incluso desde cachorros, y ya había tenido experiencias así pero repito, ninguna tan bestia como la de hoy.
No sé. Solo quería compartir mi experiencia. Si alguien ha leído hasta aquí os lo agradezco un montón.