Bueeeno,… Estoy sentada en una cama que no es la mía y me apetece contaros una cosa. Ayer quedé con chico de Tinder. Buah! Hacía mil que no me pasaba de ver el perfil y pensar… Qué mono! Me lo follaba. Casi nunca me pasa y más últimamente. Total, que le di like y al rato el hizo match y me envió un sms. Esto fue hace tres días. Estuvimos charlando y resulta que estaba en mi pueblo en casa de un amigo de vista, pero en realidad vive a 40′ en coche. Así que me dije… Coño ya que estás cerca porque no nos conocemos y hacemos un café, primer testeo para ver si el feeling es real o no. Y el era reticente, habíamos hecho match ese mismo día… Bueno, dije, no hay prisa. Hasta que charlando y charlando, me dijo: me has despertado ganas de conocerte. Podemos vernos mañana. Así que… El se había vuelto a casa por la mañana y quedamos a medio camino por la tarde-noche para cenar. Es un poco… De barrio, no sé si me entendéis, un poco malote pero es un trozo de pan. Total, que todo ok. Risas, miradas y complicidad. Dijimos de ir a su casa. Mimos, caricias y sexo. Genial vaya. Hasta que de repente parece que la puerta de la calle se cae a golpes… Mi cara debía ser un cuadro. El abre… Y es la ex de 22 años (el tiene 29 y yo 30) y que le empuja y no deja de gritar: déjame entrar!!! Yo, en el sofá, sin lentillas, desnuda… Un cuadro. Me subo al piso de arriba y me meto en la cama. Oyendo como la pava grita baja guarra! Asómate! Te la estabas tirando no? Dímelo! Cabrón!… Bla bla bla. Añado que se supone que hace 2meses que rompieron. Pues con idas y venidas… 2 horas. Y ahí andamos. No sé cómo acabará esto, ha ido a llevarla a su casa porque iba con un peso como pa matarse por ahí. Añado que no me voy, porque no puedo, es una urbanización en medio del monte a dos horas andando del pueblo y la estación desde la que hay dos horas más en tren hasta mi casa.
Así que aquí estoy sentada en su cama…
Flipando en colores que no sé si reírme o llorar.