Posteado En: Autoestima
-
LoreaInvitado
El final de mi matrimonio no supuso un dolor abrupto, el duelo por la vida que había planeado lo viví los últimos meses de relación. La pandemia me hizo un clic en la cabeza, no tenía el control de mi vida. Sin planearlo y por primera vez en mi vida fui infiel, volví a sentir emociones que hacía años que no tenía, algunas nuevas que me hicieron sentirme de nuevo viva. No me siento orgullosa de aquello, pero creo que si no hubiera pasado podría haber seguido años sumida en un matrimonio que estaba muerto y donde yo me ocupaba del 90% de la carga física y mental de llevar una casa y cuidar y sostener a mis hijos. Así que tomé la decisión de acabar con, el que hasta el momento había sido, el amor de mi vida.
Cometí un error, no darme tiempo para sanar y me metí enseguida en una “no relación” con un narcisista de libro, inmaduro y egoísta que me volvió loca en todos los sentidos.
Él me atrapó en un momento en el que me sentía muy sola y yo me pasé por encima mil veces, recogiendo migajas y mendigando cariño y amor a alguien que decía “no querer nada”, mientras paralelamente conoció a otra chica con la que empezó un noviazgo pero sin soltarme pues lo que teníamos le resultaba muy adictivo.
Prefiero no contar cómo acabo todo con él pero os adelanto que para mí muy mal, destrozada y hecha pedazos, casi en una depresión consumida por la tristeza y la sensación de abandono.Pasé meses de tío en tío, de cama en cama, buscando a alguien que me quisiera cuando el problema es que no me quería ni yo.
Empecé terapia, eso es lo que me ha salvado. El trabajo ha sido muy duro, deconstrucción personal para renacer de nuevo. Romper con los mitos del amor romántico, pensar en mi, en cómo desarrollarme profesionalmente, aprender a estar sola y disfrutar de esa soledad y por fin puedo decir que lo he conseguido.
Después de mucho buscar surgió una nueva oportunidad laboral increíble.
Escribo esto para que si me lees y estás en ese pozo del que no puedes salir, te animes a buscar ayuda profesional para sanar.
Piensa en ti, conócete, perdónate, ilusionante… empieza de nuevo porque estás viva, porque te lo mereces y porque vas a volver a ser feliz.