Hola!
Os leo mucho pero es la primera vez que escribo. Acabo de leer un post de una chica que lo pasaba mal porque se había sentido utilizada durante una relación sexual, y me animé a contar esta historia que no sabe casi nadie.
Tenía 19 años y como decimos en mi tierra, era un poco “pinina”. Conocí a un tío por el adopta que tenía 31 años, y quedamos en tomar algo para luego ir a dormir a su casa (en su ciudad yo no tenía casa). Yo estaba un poco reticente a quedar porque me acababa de bajar la regla, pero él insistió mucho y al final me convenció (si es ahora se come una mierda). El caso es que fuimos a un concierto y después de unas cuantas cervezas cogimos un bus y fuimos para la casa antigua de sus padres, un lugar feo, viejo, muy muy frío y anti morbo. La típica casa con la loza del baño color azul que te toca ver cuando buscas piso y de la que sales corriendo. Echamos un polvo mierder bastante traumático en el que en ningún momento se preocupó por mi placer ni bienestar, me pidió que le hiciera una mamada, y le hice una mini de 10 segundos porque tenía un troncho enorme y además quería dejarlo con ganas para la próxima. El tío se corrió, se dio la vuelta y hasta mañana, yo estaba HELADA y le tuve que pedir una manta varias veces hasta que se levantó a por ella de mala gana y farfullando. Al día siguiente me despertó el olor a mierda más repugnante que os podáis imaginar, y es que el tío sin cortarse un pelo se levantó y fue directo a giñar la cerveza de la noche anterior (no entra dentro del Follodrama pero, por Dios, aquella escena merecía la mención).
Por la mañana nos despedimos, yo de buen rollo pero él picado, nunca supe muy bien por qué. Desde entonces la relación se enfrió bastante y en el período de un año y medio que pasamos sin vernos, hablamos quizá unas cinco veces, siempre porque él me preguntaba qué tal, lo típico.

Ese año y medio después, una tarde de sábado, me comentó que estaba de vuelta en la ciudad donde nos vimos aquel día, yo me había mudado allí compartiendo piso; él había pasado unos meses en el extranjero por trabajo, me dijo de quedar y yo le dije que sí. El tío creía que con su Big Polla lo tenía todo resuelto y yo me arrastraba cual culebro por ella. La verdad es que fue bastante impersonal, le esperé en la calle de abajo y fuimos directamente a mi casa a tomar unas cervezas, nos sentamos en mi habitación y en un cuarto de hora (que el tío se pasó fardando de a cuántas japonesas se había follado durante su estancia en el extranjero) ya estábamos dándole al tema. Le guié para que me diese un poco de placer con el pollastre aquel, pues ese tamaño para algo tenía que servir… me corrí en cuestión de minutos (concentración máxima) y cuando terminé, le dije que se quitase de encima, me puse de pie y empecé a ponerme la ropa interior. El pavo no se enteraba, mientras se la menea me dice que si se la chupo, que se quedó con muchas ganas la última vez… cuando ve que me pongo los pantalones y la camisa me dice que qué voy a hacer, y mi respuesta:

-Tú no sé, yo salir con mis amigos.

BOOOOOM

Se quedó con una cara de mierda impresionante, yo fui al baño a lavarme la cara y maquillarme porque no me podía aguantar la risa, entre nervios porque yo no soy nada de hacer estas cosas, y la cara de idiota que se le quedó. Al salir del baño voy a la habitación a calzarme y él sale de malas maneras, yo aguantando la risa porque sabía lo que iba a pasar justo después…
Quería irse súper indignado y dar un portazo, ¡pero no sabía abrir el picaporte! Yo sabía que iba a pasar porque era un sistema raro y de primeras no sabía nadie, pero quería que pasase por la humillación de pedirme que le abriese la puerta (soy mu mala). Y nada, bajamos juntos las escaleras, él detrás (sabía que estaba muy cabreado e insisto en que quería HUMILLARLE AL MÁXIMO) y yo cantando, cuando llegamos a la puerta cruzó la acera y sacó el móvil, yo también saqué el mío para ver cómo me bloqueaba (el placer de predecir algo y que suceda).
Nunca más supe nada más de él, ni quiero.
Espero haberme explicado bien pues ya lo había olvidado un poco, que os hayáis echado alguna risa y que compartáis el placer que obtuve dándole una lección a un cabrón.
¡Un beso guapas!