Entiendo que estás decidida a intentarlo y que lo que buscas es una estrategia para saber cómo actuar si -como parece probable- te encuentras con que en un par de meses tienes a un señor de 33 años viviendo en tu sofá, a tu costa, sin dar un palo al agua.
A mí me parece que una vez lo metas en tu casa, en estas circunstancias, ya estás perdida. Lo más probable es que no encuentre un trabajo, si es que lo busca. ¿Te ha enseñado alguna vez su CV? ¿O lleva 7 años sin actualizarlo? ¿Tú crees que alguien va a contratar a un vago que lleva 7 años sin dar un palo al agua, sin estudiar ni trabajar ni nada de nada?
Pasarán los meses y ahí lo verás, en el sofá, con la consola. Te dirá las mil excusas: que está echando CVs, que en un par de días tiene una entrevista, que se está ocupando de la casa mientras tú trabajas y que eso también es un trabajo, etc. Y a ver cómo te las arreglas entonces para echarlo y mandarlo de vuelta con sus padres sin cargarte la relación.
Si estás decidida a intentarlo, te cuento lo que yo haría: habla claramente con él y dile que no te sientes cómoda viviendo juntos así, de entrada, y que te asusta que la relación se vaya a pique ante la perspectiva de tener un nini en tu sofá; que lo quieres mucho y no quieres arriesgarte. Ayúdale a buscar una habitación en un piso compartido en tu ciudad; explícale que se trata de un primer paso para que él reconduzca su vida adulta (salir de casa de los padres y buscar un trabajo), y que lo haga en la misma ciudad en la que tú estás, para que os podáis ver todos los días. Calculad juntos si queréis durante cuántos meses puede pagar el alquiler de un piso compartido con esos ahorros que va a darle su madre, y planteadlo así. Pero no lo metas en tu casa de entrada: ni se te ocurra. Si pasan unos meses y ves que él encuentra trabajo, o que al menos lo busca de verdad, y que se comporta como un adulto, podéis plantearos vivir juntos. Si no encuentra un trabajo o no sabe vivir solo, se puede volver a casa de sus padres sin que tú te veas envuelta en nada. O si directamente te dice que no, que no le vale esta solución, que sólo le vale meterse en tu casa con el dinero de mamá a «ser amo de casa», si no está dispuesto a hacer ese esfuerzo con 33 añazos… Bueno, entonces tú tampoco tienes por qué hacer nada: te habrá dejado claro cómo es. Seguís como hasta ahora, que carguen con el muerto sus padres, y punto.