Buenas tardes,

Vengo a contar mi historia porque estoy hecha un lío y necesito saber otros puntos de vista, porque no sé que hacer.

Primero, os pongo en situación:

Soy cinco años mayor que mi pareja, nos conocimos cuando él era joven (su primera relación) y llevamos juntos casi siete años. Empezamos con una relación a distancia y vivimos juntos en su ciudad natal desde hace tres.

En este tiempo hemos tenido nuestros altos y nuestros bajos, pero siempre he luchado porque estoy convencida de que nunca podré querer a alguien así cómo lo quiero a él.

Siempre he sido un tipo de persona, que yo llamo, «cuevera». De estar en casa, viciar a juegos y desarrollar actividades sociales que en sí, sean en mi casa o en casa de alguien. Y, aunque algún día lo fui, estos últimos años no se puede considerar que haya sido una persona especialmente sociable.

Por el sector en el que trabajo, suelo cambiar de empresa con cierta regularidad y en esta última, por lo que sea, se ha dado la situación en la que me llevo bien con varias personas y he salido más de fiesta y de casa en general en estos últimos tres meses, que en todo el tiempo que llevo aquí.

Y esto a mi pareja le está empezando a cabrear porque dice que ya no tengo tanto tiempo para él. Lo que, por supuesto, terminó en diversas discusiones que hizo que tuviéramos la que parecía «definitiva» hace algunas semanas, en la que me dijo que «ya no sentía lo mismo que al principio y que aunque le dijera que siempre pasa, cómo no había tenido más parejas, no sabía si era verdad».

Y ahora os cuento la otra parte:

Yo no sé si porque estábamos mal o qué, pero estuvimos unos días «sin estar» donde él incluso me prohibió dormir ni rozarle, aunque durmiera con él hasta que se aclarase la situación de lo que íbamos a hacer, así que en una de esas me dijeron de ir a un festival porque en el grupo había uno que no podía ir al final y dije que sí, que pa’lante.

A todo esto, conocí a una nueva compi de trabajo que era veterana de la campaña, llamémosla «Leyla», y no sé por qué me llamó la atención (soy bisexual desde siempre) pero pensé que era tontería mía del momento, porque jamás en todo el tiempo que llevo con mi pareja, me llamó la atención nadie. Jamás.

Estando de conciertos, Leyla me habló y me dijo: ¿te voy a buscar y nos vamos a tomar unas birras por ahí?

Y no hubo ni un atisbo de duda, di una excusa, salí del festival y me fui con ella.

Cabe decir que si bien tengo un perfil de mujer que me gusta, ella es todo lo que yo siempre decía «este tipo de perfil, NO». Patadas en la boca que me da la vida, vaya.

Nos fuimos con unas amigas de ella, de birras y de discoteca. Cuando no sabía si eran imaginaciones mías con esta chica o qué, vino su colega y me dijo «Por favor, resolved esta tensión sexual que nos está matando» y poco tiempo después, nos pusimos a hablar entre la gente y la música y terminó besándome ella y bueno, fue recíproco.

Y de repente sentí que un tornado movió todo en mi vida. Mis principios (jamás di un beso siquiera, a nadie, aparte de quien fuera mi pareja), mis planes, mis ambiciones. No lo sé. De verdad, no lo sé qué me pasó. Pero me sentí muy feliz aquella noche, estando con ella, besándola, aunque no llegase a ver sexo en sí. Sentí que nos conocíamos hace muchos años, aunque no fuera así.

Leyla es una persona muy independiente y enseguida me puso una distancia y me dijo que arreglase mis movidas primero, aunque somos compis de curro y ha existido y existe cierto tonteo, ella intenta implicarse conmigo cómo amiga, pero aquí llega el gran dilema:

Mi pareja me dijo que quería volver y volvimos tras tener una larga conversación, pero eso no quita que yo haya hecho lo que hice (aunque fueran sólo besos y en ese momento «no estuviéramos juntos») y que me haya llamada la atención de manera tan intensa, precisamente, una mujer.

Yo siento que debo luchar por esto, pero también contándole cosas a Leyla, me ha comentado que ninguno de los dos «nos queremos bien» porque tenemos actitud tóxicas con el otro y no puedo ignorar el hecho de que la echaría de menos a ella también si se va de mi vida.

¿Debo centrarme en lo que tengo y tratar de depurar la relación para eliminar las actitudes tóxicas que tenemos el uno con el otro para evolucionar, apostándolo todo?
¿o debo arriesgarme y, aunque Leyla no quisiese terminar conmigo cómo pareja, admitir que quizás estoy buscando algo más y dejar de intentar siempre lo mismo? ¿podría hacer un híbrido de los dos?

Me plantearía el poliamor de una manera muy seria, porque sinceramente nunca lo entiendes completamente hasta que te pasa. Pero creo que podría y querría luchar por los dos y lo plantearía seriamente, aunque cómo muchas cosas, no depende únicamente de mí.

Así que no sé qué hacer. Tampoco soy una niña, paso la treintena ya. Pero me ha pillado tan de improvisto todo que ha roto todos mis moldes.

Si has llegado hasta aquí, muchas gracias por leerme. Y podéis preguntar lo que queráis que lo responderé, que hay detalles que me he dejado porque ya es mucho tocho.

¡Un abrazo!