Hola lovers,
Mi historia va así, ya no soporto a la familia de mi marido. Tras 6 años de casados he llegado a un punto en el que les tengo tirria y es algo que ya no puedo esconder.
Hay muchas cosas que me desagradan de ellos pero para hacerlo breve, les cuento algunas:
1. Antes de la boda, sus padres nos propusieron vivir en su departamento, nos dijeron que podíamos ocupar la suite principal y que ellos se acomodarían en el resto de las habitaciones. Hasta ahí todo bien, probablemente lo hacen con buena intención me dije, aunque claro, jamás lo aceptaría, pero seguidamente nos dicen que a cambio nosotros les dieramos el dinero que teníamos dispuesto para tomar un anticresis; el monto era más o menos 200.000 euros y era un dinero solo mío, producto de mis ahorros.
Ahí ya me pareció desubicada la actitud de los señores y claro, no acepté, preferimos tomar un departamento pequeño pero solos!
No sé qué piensan ustedes pero yo me quedé toda shockeada porque mi familia jamás habría hecho algo así…
2. Años después, mi marido y yo logramos comprar un departamento nuevo con el pago a mitades, este departamento era para inversión por lo que teníamos que venderlo para engordar nuestro capital. Resulta que empezamos a ofrecer el departamento pero por cuestión de tiempo y distancia, se nos complicaba ir a mostrarlo. Entonces mi marido pensó que podíamos pedir el favor a su padre, él tenía auto y el departamento a vender le quedaba más cerca, entonces así fue. Nosotros nos encargamos de hacer las publicaciones, de pagar publicidad y de buscar a los compradores, el suegro solo se encargaba de abrir la puerta y mostrar al departamento. Debió haber ido unas 6 o 7 veces con los interesados en la compra y cuando finalmente conseguimos a los compradores, resulta que nos cobra más de 1.000 euros.
Claro, nosotros pensábamos pagarle un monto de dinero por su tiempo y por la gasolina pero no! el señor nos hizo ese cobro y lo recibió bien gracias. Cuando le reclamé a mi marido me respondió que era lo que estaba bien, que era lo que correspondía.
Nuevamente me quedé en shock ya que mi padre jamás me cobró nunca nada, menos un monto tan elevado…
3. Cuando nos casamos, llevaron sus muebles a mi departamento, sin preguntar siquiera si queríamos o si necesitábamos o simplemente si nos gustaban. La señora llevaba cortinas, sábanas, manteles y cosas usadas, incluso rotas, desteñidas, manchadas y gastadas.
A mí siempre eso siempre me pareció de muy mal gusto y hasta ofensivo pero para mi marido estaba todo bien, porque su mamá «lo hacía con cariño».
Más bien pude cortar eso a tiempo, siendo clara con mi marido y diciéndole que no me gustaba recibir cosas en mi casa sin mi consentimiento.
4. Cada vez que tenemos que ir de visita a la casa de mis suegros, ellos siempre se dirigen exclusivamente a mi marido, ejemplo:
– Fulanita (dirigiéndose a la sobrina) ven a charlar y a compartir con Martin.
– Fulanito (refiriéndose al otro sobrino) estaba feliz de que vengas, te estaba esperando y te hizo este dibujo.
Tonterías de ese tipo que, si bien no me importa, es como si yo estuviera ahí pintada, no se dan cuenta que yo también estoy ahí sentada al lado de mi marido, pero no, la atención, y la conversación siempre gira entorno a ellos.
A mí nunca me hacen un halago y me llaman por mi nombre, asecas, mientras que ellos son cariñosos entre sí. Ojo, no me importa pero sí me desubica y me hace sentir en un lugar que claro, no es mío.
5. El señor es una persona demasiado acaparadora de la charla, solo él habla y habla y no deja que los demás se expresen libremente. Él es despectivo y criticón, sin darse cuenta que sus orígenes son humildes, mi suegro hace comentarios racistas hacia las personas, dirigiéndose despectivamente con esos aires de falsa superioridad que me hacen retorcer de rabia.
Además de ser ultra conservador con sus creencias. Él piensa que todos deberíamos pensar como él: creer en la iglesia, en que un matrimonio sí o sí debe tener hijos, en la heterosexualidad, en los partidos de derecha, y un largo etcétera que me lleva a las náuseas.
6. Mi cuñada se divorció recientemente y casualmente ellos vivían cerca a la casa de mis suegros. Yo desconozco su realidad pero luego de su separación, mi suegra hacia comentarios como: «yo iba a su casa, porque se notaba que a él no le gustaba que vaya entonces yo iba con más ganas»…
Seguro piensa lo mismo de mí, porque honestamente a mí no me gusta recibirlos en mi casa justamente por cómo son.
7. Cuando estuve sin trabajo y nos veíamos, me preguntaban todo el tiempo: «ya estás trabajando?»,
«ya estás trabajando?» «ya estás trabajando?». Sin embargo, cuando mi cuñada se quejó de que su suegra hacía lo mismo con ella, mis suegros espantados de que ¡cómo la suegra se mete en la vida de la hija!
La verdad es que tengo cientos de cosas más para contar pero no quiero cansarlos con tanta lectura, solo espero que con esto tengan una idea de mi situación.
Yo últimamente tengo muchos problemas con mi marido porque ya no soporto a su familia y él no lo entiende, para él sus padres son perfectos.
Este fin de semana que mi marido y yo llegamos de un largo viaje, los señores fueron a recogernos al aeropuerto y a mí me hizo mal el viaje y la altura, llegué muy indispuesta y pues los señores no nos llevaron ni un chicle, a diferencia de mi papá, que hizo una comidita reparadora y nos la llevó a casa, además de algunas compras para esos días en que nos habituábamos nuevamente a la rutina.
Mi papá siempre piensa en mí y a la par también en mi marido, a diferencia de ellos.
Yo le dije a mi marido que ya no quiero compartir más con su familia, que vaya solo él a visitarlos y yo muy de vez en cuando pero él no lo acepta.
Esos señores me generan mucho malestar emocional y físico, al punto de que cada que tenemos que ir a su casa, me sudan las manos, tiemblo y me vienen espasmos en el cuerpo.
Yo creo mucho en la intuición y sé que ellos me «quieren» solo porque soy la esposa de su hijo, a diferencia de mi papá que es muy atento con mi marido.
Esa es la cara que le muestran a él, la de padres amorosos que me quieren pero yo sé de sobra que no es así.
Mi marido es una buena persona, pero muy rara vez reconoce los errores de sus padres, yo le explico mil veces lo que siento pero no no entiende.
No sé qué hacer, incluso me cuestiono en dejar la relación porque la verdad es que a estas alturas ya no quiero a esas personas en mi vida por todo el malestar que me generan, pero mi marido me mete a sus padres hasta en la sopa y ya no lo soporto más.